Adriana Domínguez González (41 años) ha sido testigo de los mejores tiempos de Adolfo Domínguez, la empresa fundada por su padre, y también de su peor crisis. La hija mayor del diseñador ha cogido el toro por los cuernos y, con el apoyo del consejo de administración de la compañía, se ha puesto al frente de AD dispuesta a cambiar su rumbo.
Es la mayor de las tres hijas del diseñador y la más asentada en la empresa familiar, para la que trabaja desde hace casi 20 años. Estudió Empresariales en ICADE y CESEM (Francia) y Teatro y Cine en el Instituto Lee Strasberg de Nueva York. Mientras su hermana pequeña, Tiziana (31), lleva el peso creativo de la marca junto a su padre -es la directora creativa-, Adriana deberá centrarse en las decisiones estratégicas como nueva directora general. Para ello contará con el apoyo de Luis Caramés Viéitez, profesor gallego de Economía Aplicada y mano derecha de Adolfo Domínguez.
La compañía atraviesa uno de sus peores momentos económicos, con pérdidas de 2,78 millones de euros durante los tres primeros meses de 2017. Han cerrado 157 tiendas en cuatro años y las oficinas centrales de Madrid. Además, la empresa ha abierto un expediente de regulación de empleo que ha afectado a 144 trabajadores.
A pesar de todos estos problemas, la heredera de la 'otra' fortuna textil gallega (muy lejana ahora de los beneficios del grupo Inditex) está dispuesta a devolver el prestigio a su marca. Para ello ha empezado por la comunicación, que es lo que mejor sabe hacer, con una campaña publicitaria rompedora y viral, con Luis Tosar e Inma Cuesta como embajadores. La marca Adolfo Domínguez no hacía una campaña publicitaria desde hace 10 años, por eso ahora buscan "volver a ser una marca con opinión y una personalidad marcada", según explican a EL ESPAÑOL Rafa Antón y Miguel Ángel Duo, los directores creativos de la agencia de publicidad China, la encargada de ejecutar la campaña.
Según explican los dos creativos, "la implicación de Adriana Domínguez ha sido total y esencial en la campaña, porque lleva la marca en la sangre y se la conoce como nadie", cuentan a este diario. La hija de Adolfo Domínguez hizo una declaración de intenciones nada más tomar posesión de su cargo: "Debemos cambiar para seguir siendo diferentes", dijo, y eso es precisamente lo que anda buscando. "Queremos revisitar esa personalidad intelectual, de autor, que tuvo la marca en sus primeros años. Por eso quisimos hacer nuestro el mítico título del pintor surrealista Magritte para acompañar nuestros autorretratos y dejar claro que "Esto no es un selfie", cuentan los directores de la campaña.
Los actores Luis Tosar e Inma Cuesta animan a los seguidores de la marca a hacerse un autorretratro y subirlo a las redes sociales. Una acción que busca dos cosas: que Adolfo Domínguez vuelva a 'hacer ruido' y que nuevos públicos se interesen por la firma. Algo que, a juzgar por la interacción que han tenido los post publicados por los artistas en sus perfiles personales (más de 13.000 seguidores en una semana) parece haber tenido buenos resultados. Al menos han conseguido tener mayor visibilidad, puesto que es muy difícil que estas campañas se traduzcan en ventas directas.
La hija más responsable
Adriana Domínguez estuvo al frente de los departamentos de Comunicación y Perfumes de Adolfo Domínguez así como de la Fundación Adolfo Domínguez. Su padre y los directivos de la marca han hecho varios intentos por reflotar la firma poniendo al frente a consejeros delegados externos. El último, en 2015, fue Estanislao Carpio, procedente de Camper, la marca de zapatos mallorquina fundada por Lorenzo Fluxá, el hermano del propietario de Iberostar.
Pero después de fracasar en el intento, finalmente todo quedará en casa y la responsabilidad de sacar adelante la compañía en su peor momento (con pérdidas de 22 millones de euros en 2016) recae, en parte, en su hija Adriana. La hija pequeña de Adolfo Domínguez, Tiziana (31), también trabaja en la compañía, es la directora creativa.
Valeria Domínguez, la hermana mediana, salió de la empresa para montar Digital Influencer, una consultora para profesionales del sector digital. Aún así, mantiene buena relación con su padre, hermanas y cuñados. Su hermana mayor Adriana se casó en 2011 con el empresario José María López-Agulló Willis-Fleming. Una ceremonia íntima en el Ayuntamiento de Orense a la que acudieron únicamente los familiares más cercanos. La hija del modisto llevó un sencillo vestido blanco por encima de la rodilla diseñado por su padre, su hermana menor y ella misma. En pocos días, la familia Domínguez fue protagonista de las páginas del corazón dos veces, puesto que su hermana menor, Tiziana, se casó tan solo cuatro días después con Juan Verde, vicesecretario de comercio de Estados Unidos durante la presidencia de Barack Obama.
Se trató de una boda mucho más tradicional y pomposa que la de su hermana Adriana, en el Pazo de Oca de A Estrada (Pontevedra). Al enlace asistieron unos 100 invitados, entre los que se encontraban los familiares y amigos más cercanos de la pareja y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. La propia novia también fue la diseñadora de su vestido, de corte romántico y mangas transparentes.