El exalcalde de Marbella Julián Muñoz (68 años) acaba de ser condenado esta semana a otro año y un mes de prisión por la Audiencia Provincial de Málaga. Es un suma y sigue en las condenas que parece no asumir nada mal, sobre todo si se ve el tipo de vida que lleva en Marbella. La pena impuesta el pasado jueves fue por prevaricación urbanística, concretamente por las irregularidades cometidas a través de la firma de dos convenios con la sociedad Lorcrimar.
Los informes médicos esgrimían que Julián Muñoz debía salir de prisión por tener una enfermedad “grave e incurable” que conllevaba “un pronóstico de vida corto” y el Ministerio de Justicia le concedió al exedil un estatus previo a la libertad condicional por “razones humanitarias y dignidad personal”. La Fiscalía recurrió su salida de prisión aduciendo que la enfermedad de Julián Muñoz “no es terminal”, pero su frase “no dejéis que me muera en la cárcel” pesó más que los argumentos del Ministerio Público y desde hace meses se pasea como si nada por la ciudad que un día dirigió y esquilmó.
JALEOS le ha seguido los pasos estos últimos días y ha podido comprobar que la vida que lleva el exalcalde no es precisamente la de una persona que carga con una dolencia “grave e incurable”. Más bien todo lo contrario. Le hemos visto muy sonriente comiendo espetos en el paseo marítimo de San Pedro junto a compañía femenina en el chiringuito Los Ninis, en el mismo emplazamiento donde el dirigió su propio chiringuito hace años. En otras ocasiones también le hemos visto en el Víctor Beach de la Milla de Oro de Marbella. Este establecimiento era un habitual suyo, pero dejó de frecuentarlo con cierta asiduidad cuando una de sus últimas visitas salió incluso en los informativos de televisión ya que le pillaron los paparazzi en pleno baño de sol y hamacas. Desde entonces ha decidido cambiar su ruta.
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Luce un bonito bronceado
Lo que este medio ha podido comprobar es que su aspecto de preso en estado terminal ha desaparecido. Esa imagen de un hombre que tosía moribundo en los juzgados y esputaba en un pañuelo pidiendo que lo sacaran porque se iba a morir ha desaparecido. Desde que le pillaron el año pasado en la playa, con el bañador y la toalla viviendo la buena vida al sol ha decidió ser mas discreto y ahora prefiere lucir moreno de manera artificial. Por ello, y como ha podido comprobar EL ESPAÑOL, acude frecuentemente a un centro de bronceado para coger color. Pero no acude a uno cualquiera. Lo hace en el establecimiento de la esposa del que fuera jefe de la Policía durante la era Gil, Rafael del Pozo. Allí va a recibir rayos UVA “sin pagar un duro”, según revelan a este medio. Las imágenes que posee JALEOS se aprecia a Muñoz y al exjefe de la Policía Local de Marbella en la puerta del establecimiento. El centro, Sunlounge Solárium, ubicado en pleno Puerto Banús, está equipado con la última tecnología del sector del bronceado.
Y entre espetos, sesiones de rayos uvas y cafés con amigos, Muñoz también tiene tiempo para la vida sana. Como el médico le recomendó que practicara deporte, el exalcalde acude al Club de Pádel de la zona del Locrimar para hacer ejercicio. Algo de mancuernas para para mejorar su musculatura y algo de cinta mecánica para ampliar la capacidad torácica y el oxigeno de su pulmones. Entre ejercicio y ejercicio, charla con algún vecino y les cuenta lo encantado que está con su hija Eloisa, su cuidadora. Asegura que le cuida fenomenal y que está encantado de la vida.
Julián Muñoz sigue manteniendo un buen ritmo de vida. Algo que no siempre está bien visto por los ciudadanos de Marbella. Existe una plataforma ciudadana llamada Marbella Se Queja en la que los vecinos de la capital de la Costa del Sol muestran sus quejas y denuncias de la ciudad. Según nos cuenta su responsable, cada vez es mayor el malestar de los marbellíes por la vida que lleva un exalcalde que ha asolado las cuentas del consistorio. Diego Skalona señala que “en Marbella la gente está muy quemada con que haya engañado a la Justicia y esté fuera dándose la gran vida y con una imagen más lozana que nunca. Son muchos los que nos escriben para decir que su salida de prisión le ha provocado tan buena recuperación que no se creen la enfermedad, que ha tomado el pelo a la justicia”.