Corinna ya no tiene permiso para utilizar el apellido impronunciable con el que la conocimos en España, Zu Sayn-Wittgenstein-Sayn tras la caída del rey Juan Carlos I en Botsuana mientras cazaba. Realmente, la alemana debería haber dejado de utilizar este apellido y su tratamiento de Alteza Serenísima hace 12 años, cuando se divorció del príncipe Casimir Zu Sayn-Wittgenstein-Sayn de Alemania.
Pero ahora hay una razón de mayor peso para que deje de hacerlo: el anuncio de compromiso de su exmarido con la modelo Alana Bunte, quien pasará a ocupar su lugar. El príncipe conoció a la joven de 27 años hace dos años en Londres. Los dos tienen mucho éxito a nivel profesional: él es propietario de una institución financiera que gestiona proyectos agrícolas en América del Sur y ella es una de las modelos internacionales de mayor auge en este momento. Ha posado para grandes firmas como la española Inditex y para cientos de publicaciones de moda.
A pesar de que Corinna ha seguido utilizando su condición de princesa en todos los eventos de la aristocracia europea a los que ha asistido en los últimos años, la familia de alta alcurnia a la que pertenecía su segundo marido nunca ha aprobado que lo hiciera.
El exsuegro de la princesa advenediza, Alexander Zu Sayn-Wittgenstein, nunca vio a Corinna con buenos ojos. De hecho, la familia no aprobó en un principio su relación con la alemana con ascendencia danesa, 11 años mayor que él y y en trámites de separación. Tal fue el rechazo, que la familia ni siquiera acudió al enlace en el año 2000.
En un documento enviado a través de sus representantes a El Mundo, el aristócrata ha explicado que Corinna ya no tiene derecho a utilizar el título de princesa o Alteza Serenísima: "Estimados, de acuerdo con la ley alemana y el código de la familia y de la casa real Sayn-Wittgenstein-Sayn, desde el divorcio de nuestro hijo, el príncipe Casimir, el 5 de octubre de 2005, la señora Corinna Larsen Adkins ya no tiene derecho a utilizar el título de princesa o el tratamiento de Su Alteza Serenísima (S.A.S.)", rezaba el texto enviado a la publicación.
Su segundo apellido corresponde a su primer marido
El segundo apellido de Corinna Larsen también vino dado por su primer matrimonio con el empresario inglés Philip Atkins. Por lo tanto, en realidad Corinna pasa de ser princesa y Serenísima Alteza a una ciudadana alemana como otra cualquiera, con un único apellido.
Es el último escándalo de la amiga íntima del rey emérito, quien lleva años protagonizando titulares en España. En las últimas semanas, el comisario Villarejo afirmaba en una entrevista con Jordi Évole en La Sexta que el director del CNI habría amenazado a la amiga del rey de muerte para que saliera de España después del accidente en Botsuana. Según el comisario, ella misma se lo habría contado.
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