"¡Qué guapa!", era la frase que los periodistas han expresado cual coro al ver salir a María Teresa Campos (75 años) del ascensor del hall de la zona privada de la Fundación Jiménez Díaz. Lo hacía acompañada de sus dos hijas, Terelu (51) en su mano izquierda y Carmen Borrego (50) a su derecha.
Con un aspecto envidiable, que dista mucho del que hubiera lucido cualquier persona que lleva más de una semana ingresada, la matriarca de las Campos mostraba una gran sonrisa sin parar de dar las gracias. Acaba de recibir el alta hospitalaria y ahora tendrá que recuperarse del ictus que ha sufrido.
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Eso sí, ha pedido a los fotógrafos que no acercaran tanto los flashes de sus cámaras: "Cuidado con los ojos". Se la ha visto algo debilitada. De hecho, se ha tenido que sentar para atender a los medios que prestos por recoger sus primeras declaraciones se agolpaban a su alrededor, momento en el que han entrado sus hijas a calmar la situación. Mientras Terelu pedía "aire" alrededor de su madre, Carmen advertía que "por favor no se le agobiara".
Una vez ya controlada la situación y tras beber unos pequeños sorbos de agua, María Teresa se centraba en lo que quería decir: "No quería irme sin agradeceros los eternos días en la puerta, gracias por el interés". Tampoco se ha olvidado de agradecer el trabajo del centro hospitalario y de cada uno de los médicos que la han atendido estos días.
"También tengo que decir algo importante, agradecer la atención a las primeras personas que se dieron cuenta de lo que me pasaba, entre ellas, María. Y a Gustavo, que se dio cuenta que yo tenía una de las cosas que dije en la campaña sobre el ictus que hizo Mediaset y por la que nos dieron un premio. Eso fue lo que hizo que yo hoy esté aquí. También quiero agradecer a mis jefes, a Mediaset en general, a su consejero delegado y a todos mis compañeros", ha expresado sin poder contener la emoción y al borde de la lágrima.
Y es que su salida era muy esperada. Una multitud de periodistas se agolpaban este mediodía a las puertas de la zona privada de la Fundación Jiménez Díaz. También varios curiosos que ante la expectación echaban un ojo y preguntaban a qué hora sale María Teresa. "Estoy nerviosa, quiero verla, porque quieras que no lleva 8 días aquí", eran frases que se escuchaba entre los compañeros de prensa minutos antes de que la presentadora saliera. Y lo ha hecho de la mejor manera posible.
María Teresa Campos sufrió un ictus el pasado martes, por lo que fue ingresada de urgencia. En un principio, el hospital Fundación Jiménez Díaz dio el diagnóstico de una isquemia cerebral, una falta de suministro de sangre al cerebro. Sufrió un mareo en su casa esa misma mañana y comenzó a sentirse mal, por lo que su chófer la trasladó hasta el hospital. Una rápida reacción que han agradecido sus hijas, que estos días explicaban que la presentadora "se conforma con quedarse igual que está porque es consciente de la suerte que ha tenido".
El accidente cerebral tan solo le ha provocado una lesión en el músculo ocular que le produce visión doble, para lo cual necesitará un periodo de rehabilitación.
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