Y por fin llegó. Uno de los desfiles más esperados de la temporada: el del excéntrico (y polémico) John Galliano, ahora al frente de la Maison Margiela. Lejos de seguir la línea creativa del originario Martin Margiela, el actual diseñador de esta casa de moda ha conseguido desfilar su particular visión de la moda.
Desde que fuera nombrado director artístico de la firma, en octubre de 2014, por Renzo Rosso, presidente del grupo Only The Brave (OTB), Galliano ha intentado estar a la altura del mítico y carismático Martin Margiela.
Este diseñador belga, que pertenecía al grupo Los Seis de Amberes (por la escuela en la que estudiaron), creó su casa de modas en 1988. Sin conceder entrevistas ni dejarse fotografiar, escondido en el backstage de sus desfiles, logró convencer a los críticos más exigentes. Revindicaba la moda como una forma de arte (por eso ha sido objetos de exposiciones en tantos museos), y no como un negocio, pero los números no cuadraban por lo que, en 2003, la empresa fue rescatada por el dueño de la marca Diesel.
En diciembre de 2009, Martin Margiela abandonó la empresa que él había creado, 21 años antes, y no parecía fácil encontrar un sustituto que diera la talla. Hasta que llegó Galliano. 2015 fue el año de sus primeros pasos al frente de la firma.
Si hay alguien al que le gusta viajar en el tiempo, y reinterpretarlo a través de sus creaciones, es Galliano. Para esta colección, según declaraciones del artista, se proponía afrontar diferentes épocas y actitudes de la moda que quedan transformadas por una urgencia urbana.
Frente a los diseños de líneas simples y colores neutros o los abrigos oversize, ambos looks establecidos como las tendencias más vistas en esta semana de la Alta Costura parisina, Galliano huye de caer en lo esperado y presenta su lado más desafiante.
DECONSTRUCCIÓN RECONSTRUIDA
En una parte del desfile la expresión "manga por hombro" toma su significado más literal. Prendas superpuestas, mangas que dejan de serlo para convertirse en cinturones o sustituir a botones que las ajustan al cuerpo. Volúmenes en abrigos, vestidos y faldas combinados con tocados napoleónicos, para reinterpretar la época de María Antonieta y sus vestidos de corte Imperial.
El papel que desempeñan los colores vibrantes elegidos para la colección (rojo, amarillo, azul, plateado...) convierten a cada modelo en un reclamo de atención y responden a la "urgencia urbana" a la que se refería el diseñador.
A pesar de su colección rompedora e irreverente, el diseñador gibraltareño propone uno de los clásicos de cualquier extranjero en la playa, las sandalias con calcetines. Atuendo que es el último grito en Italia y look popularizado en Japón.
INSPIRACIÓN MARÍTIMA RECICLADA
Modelos ataviadas con botas de agua en color negro y amarillo que superan la rodilla y abrazan el muslo, haciendo que, para este año, las botas hagan la función de pantalones. Su altura permite que se puedan combinar con shorts y faldas mini, sin dejar la pierna al descubierto (ya lo vimos hace unos días en el desfile de Alta Costura de Chanel en esta edición). Este calzado, junto con tocados y prendas confeccionados en tejido de red, cubiertos por chubasqueros con apariencia de reciclados y parcas hasta los tobillos, hace innegable su inspiración en el mundo de la pesca.
En la misma línea de inspiración marítima presentó un vestido blanco, completamente mojado, con bordados en color coral y combinado con un maquillaje que recuerda a las mitológicas sirenas.
Materiales que parecen reciclados y triturados, entre los que se encuentran bolsas de plástico que crean un vestido que envuelve al cuerpo dando una sensación de envasado. En eso sigue la pauta marcada por el maestro Margiela, quien fue de los primeros en diseñar utilizando materiales reciclados.
Una vez más Galliano demuestra que huye de lo convencional y establecido proponiendo una colección con su propia visión espacial y siempre con un as en la manga.