La moda es una vía de expresión que ha servido a muchas personas a lo largo de los años para mostrarle al mundo su verdadero 'yo'. De hecho, podemos decir que las prendas que llevamos cada día son el reflejo de cómo nos sentimos o cuáles son nuestras intenciones, por ejemplo. La industria de la moda es conocida, en muchas ocasiones por su ostentación y extravagancia. Sin embargo, es cierto que en los últimos años ha surgido una tendencia que aboga por el lujo silencioso.
Se le conoce como lujo silencioso a una nueva corriente en moda en la que se priorizan las prendas de calidad y autenticidad sobre los logotipos o etiquetas llamativas. Una respuesta a la ostentación que dominaba las esferas del lujo y que ahora esta contracorriente busca eliminar en favor de un enfoque más discreto y alejado pero, sobre todo, sin rastro de cualquier detalle que nos haga adivinar de qué marca es una prenda.
Pero no solo esto, porque el lujo silencioso tiene sus propias reglas no escritas. De hecho, no solo se alejan de la logomanía, también lo hacen de los colores o estampados llamativos, optando por colores neutros y atemporales que pervivan con el paso de los años. Y aunque parezca algo nuevo, comenzó ya a tomar forma a finales de los años 90 y principios de los 2000, originalmente como una respuesta a la pérdida de exclusividad de las firmas de lujo que se estaban expandiendo masivamente.
[El impresionante vestido de Lidia Torrent de cuello caído y hombro al descubierto]
Piezas sencillas y versátiles que podrían definirse como el más absoluto minimalismo, en las que se aprecia la calidad de los materiales por encima de todo. Inversiones a largo plazo que también defendieron firmas como Max Mara, Celine, Loewe o The Row, con prendas que apuestan por una elegancia discreta y atemporal donde cada detalle está cuidado al máximo.
En resumen, algunas de las características que podemos encontrar en las piezas de lujo silencioso es la calidad de las prendas que, además, ayuda a fomentar la idea de durabilidad y sostenibilidad. Además, la elegancia se basa en un diseño atemporal que hace hincapié en los detalles, así como en el proceso completo de la cadena de producción. Una tendencia que se lleva desde el día a día hasta en las ocasiones más especiales porque las invitadas también se decantan por este tipo de piezas que apuestan por la simplicidad.
Firmas españolas como Koahari o Juan Vidal tienen los diseños que aman las que más saben de moda, piezas atemporales que son todo un fondo de armario para llevar en eventos, bodas o incluso en una cena de fin de semana, combinadas con los accesorios adecuados que le den forma al look.