La colección de moda de Carmen Lomana (74 años) es extensa y en ocasiones sorprende con alguna rareza que se aleja un poco de su estilo habitual. Sin embargo, ella, como buena amante de las tendencias y experta en crear conjuntos que son un referente, se atreve con todo siempre y cuando sea de alguna de sus firmas favoritas. Chanel lo es, así que el look que presenta en esta ocasión lo tiene todo para triunfar.
La empresaria lo ha escogido para ir al teatro de La Zarzuela, en Madrid, a ver La Dolores de Tomás Bretón, un título emblemático de la lírica española que se estrenó en 1895 y desde 1937 no se representaba en ese escenario. Era por tanto una cita importante que requería un atuendo a la altura para disfrutar de una velada mágica.
Lejos de decantarse por la sobriedad, esta vez la leonesa ha mezclado estilos y colores consiguiendo un resultado, cuando menos, innovador. Lo más discreto (y casi lo único) el vestido negro de largo a ras de rodilla. El resto podría definirse como inesperado atendiendo a sus habituales elecciones.
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Además del broche dorado con forma de flor con el que adornó la pieza principal, el primer toque de color vino de la mano de su original abrigo. De largo tres cuatros con tejido de textura, añadía puños y cuello de pelo en distintas tonalidades: lila y verde intenso. Por sí sola la pieza ya hubiera sido suficiente para aportar un toque diferenciador a ese outfit de noche, pero ella un paso más allá.
La verdadera sorpresa fueron las botas mosqueteras, en negro con el logo de la casa francesa en dorado y diversos dibujos como flores y letras. Pertenecen a la colección 2018/2018 de Chanel y son de tacón ancho, lo que las hace muy cómodas. Su precio ronda los 2.500 euros y últimamente Carmen se siente trasgresora porque en poco más de una semana se las ha puesto dos veces, en distintos eventos.
Son muy llamativas, así que usarlas demasiado tiene sus riesgos: siempre serán la estrella del estilismo y acapararán todas las miradas, así que es probable que después de este despliegue vuelvan a su zapatero para descansar una temporada. Lomana siente pasión por las botas OTK (over the knee, es decir, es decir por encima de la rodilla) y tiene otros modelos más discretos y sobrios en negro y marrón.