A estas alturas del partido, no hay ninguna duda de que Carmen Lomana (73 años) es una de las mujeres más elegantes de España. Y aunque las prendas de ropa no otorgan en ningún caso el estilo o la sofisticación, se da la circunstancia de que, además, la socialité tiene unos los vestidores más increíbles de dentro y fuera de nuestras fronteras.
Tanto es así que en abril de 2018, la empresaria vivió uno de los highlights de su vida en la moda cuando el Museo del Traje la elegía como la primera mujer no diseñadora para protagonizar una exposición con vestidos de su colección privada.
Fueron 60 piezas de creativos españoles como Pedro Rodríguez o Davidelfín e internacionales, como Chanel, Prada, Valentino u Oscar de la Renta se expusieron a lo largo del organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, ubicado en la Ciudad Universitaria de Madrid.
Pero no sólo tiene Lomana vestidos, faldas, chaquetas y pantalones, también goza de una extensa colección de complementos donde sus bolsos son los reyes. Entre ellos, hay un sinfín de modelos de Hermès -sobre todo Birkins-, pero en su última fotografía de Instagram, ha dado salida una pequeña joya de la que EL ESTILO de EL ESPAÑOL conoce todos los detalles.
Se trata de un Kelly de Hermès -el hermano pequeño del Birkin- que Carmen Lomana hizo por encargó a la boutique de lujo francesa hace algunos años. Realizado en piel de color negro, es pequeño y cómodo, y la originalidad del diseño en esta pieza reside en los remates, que parecen acabar en un delicado tono anaranjado.
No es sencillo adquirir un Kelly. Tampoco barato. En general, si se desea uno, la persona debe acudir personalmente a la tienda de Hermès y apuntarse en una lista de espera. Si por el contrario se quiere comprar online -en este caso no se puede personalizar- en la web de Farfetch, la compañía multimarca que tiene más de 100.000 productos de lujo, hay una versión muy parecida al de Carmen -algo más pequeño- y su precio se dispara hasta los 45.590 euros.
Breve historia del Kelly
Para hablar del nacimiento del Kelly de Hermès tenemos que remontarnos a casi cien años atrás. Fue en la década de los años 30, cuando Robert Dumas, yerno de Émile Hermès, creó un bolso de mano con una estética estricta que rompía con los cánones decorativos de su época.
En 1956, la actriz Grace Kelly -después convertida en princesa de Mónaco por su matrimonio con Rainiero III- apareció con él en el brazo intentando ocultar su embarazo de su hija Carolina. Aquella imagen provocó tal boom a nivel mundial que el bolso acabó llevando su nombre para siempre.
El legendario Kelly de Hermès se caracteriza por ser, sencillamente, una obra de arte de la artesanía. Está hecho a mano, y para ello se emplean las técnicas clásicas que se aplicaban a las sillas de montar. Tiene una forma inconfundible, es un trapecio, con una base rígida y con cuatro tachuelitas de metal que le permiten quedarse de pie. En la actualidad existe en ocho tamaños, lleva la cinta de cierre, el candado y la clochette -la pieza de cuero que protege la llave-, que cuelga del asa tallada con sumo mimo.
[Más información: Carmen Lomana arrasa con el vestido rojo estampado ideal para cualquier ocasión: de Mirto y de 265 euros]
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