El diseñador francés de Alta Costura Stéphane Rolland ha presentado en la Semana de la Moda de París su colección otoño-invierno, con un cuidado trabajo de pedrería inspirado en el mundo marino y para el que volvió a servirse de su musa, la modelo española Nieves Álvarez (47 años).
"Entre Nieves y yo hay una historia de pasión, de alta moda, me encanta estar con ella. No es un trabajo, es una comunión espiritual. Nieves es un corazón, pero es también una escultura, por eso estoy fascinado por ella", dijo Rolland a EFE en su taller.
El modista, que comenzó a desfilar en la Semana de la Moda en 2007, señaló que cuando trabaja con Álvarez se siente como Rodin esculpiendo un bloque de piedra. "Sólo que ella ya está esculpida", comentó sonriente.
En especial desde que la pandemia obligara a las marcas a recurrir a un formato virtual para sus presentaciones, Álvarez, que siempre suele abrir o cerrar sus desfiles, se ha convertido en el maniquí absoluto de Rolland, pues sólo ella aparece en los vídeos de sus tres últimas colecciones.
El que sirvió de muestrario de esta colección otoño-invierno 2021/2022 fue grabado en la frontera entre el País Vasco francés y el español, en un dique de piedra donde rompen las olas del mar, un paisaje en el que ganaron peso las creaciones de Rolland.
Entre ellas un espectacular vestido cuya espalda y cola reproduce con volantes verticales de organza las olas del mar y con un bordado de pedrería en el pecho realizado por la artista de mosaicos Béatrice Serre.
Estos volantes decoraron también la cola de un vestido blanco tipo túnica, recto y de manga larga.
"Serre hace para mí los mosaicos más bonitos del mundo. Todo lo que talla en la piedra, las piedras preciosas, el mármol, hace maravillas", contó Rolland.
Estos bordados incluyen corales, mármol, cristales, ámbar y cuarzos, y colorearon los vestidos, de corte amplio y siluetas generosas, en un contraste de faldas trapecio y volúmenes redondeados en la parte de arriba.
El blanco y el negro fueron los protagonistas de la línea, marcada por el grafismo característico de Rolland, junto a algunas introducciones de rojo, amarillo y dorado para incrementar la energía positiva de esta colección.
"Fue interesante trabajar con estos colores en un paisaje donde los tonos son más claros, más dulces, más grisáceos. El color hace que brille, y quería que Nieves brillara sobre las rocas del País Vasco", comentó en referencia a su presentación.
El diseñador confesó que tiene ganas de volver a encontrarse con el público en un desfile presencial, pero reconoció que esta fase ha permitido experimentar y encontrar nuevas formas de transmitir su trabajo.
"Hay que saber sacar partido al momento, pese a las dificultades. Yo tiendo a agobiarme, pero soy positivo. Hacer estas películas ha sido una buena experiencia, pero los desfiles son un chute de adrenalina", reconoció