El pasado siempre ha sido un punto de referencia, una inspiración constante; por eso, no es de extrañar que, para esta estación, se retomen viejas y conocidas tendencias capilares que se inspiran en estas épocas.
La década de los años 40 fue una inspiración con su elegancia en las tendencias capilares del año pasado pero, ahora, los expertos capilares se inspiran en la década de los 50. "Los cincuenta supusieron una evolución de los peinados de los 40, el mismo tipo de look se mantiene, pero con un acabado no tan perfecto. Lo que se pretende es crear el mismo concepto, pero hecho en casa para ondas al agua en bobs largos o melenas midi semirrecogidas con puntas hacia dentro", asegura la María José Llata desde el salón de Llata Carrera en Cantabria.
La década de los 60 se proyectaba al futuro, celebrando los avances tecnológicos como la llegada a la Luna. "En los sesenta las melenas lucen más asalvajadas que nunca y el icónico flequillo cortina viene a darle un nuevo motivo para que sean aún más cómodas y atractivas", comenta Felicitas Ordás, desde su salón homónimo en Barcelona. También es la misma época en la que el pelo aparece perfectamente peinado y cortado, con líneas rectas, brillo y puntas trabajadas, hacia dentro en bobs muy cortos o hacia afuera en melenas midi. Peinados que vuelven en la actualidad.
En cambio, en los años 70, se perciben las primeras crisis económicas y coflictos armados. La necesidad de ruptura con lo establecido y lo impuesto explotó muy claramente en el movimiento punk. Una estética que se contraponía a lo socialmente aceptable. El pelo expresaba esta crispación con formas puntiagudas y colores extremos. Y, al mismo tiempo, en cortes con muchas capas que le dan al pelo volumen, cuerpo y movimiento. Se trataba de no pasar desapercibido de un modo más armónico y el corte shag para eso también era perfecto, como matiza Raquel Sainz desde el Salón Blue en Cantabria.
La década de los 80 estaba caracterizada por la desinhibición y el desenfreno. las ansias de libertad y de experimentar con la llegada de la democracia se manifiesta en la movida madrileña. En esta época, como matiza Alexander Kiryliuk, todo es excesivo y la estética se convierte en la oportunidad de explorar al máximo la experiencia de la vida y del cuerpo. El estilo mullet nació en los setenta, dentro del punk, pero es en esta década cuando se reversiona y más recorrido tiene sobre los escenarios.
Por último, en los 90, se buscaba crear nuevos contornos, los volúmenes excesivos se calman y se recurre a las capas para crear contornos más ovalados y, también, se retoman viejos peinados vinculados con la infancia, como los moños y las trenzas.
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