Chanel transformó este martes su desfile de París en el célebre Mount Lee de Los Ángeles y rescató el estilo de estrellas de cine como Marlene Dietrich, Katharine Hepburn, Jeanne Moureau o Romy Schneider, poniendo sobre la pasarela pantalones piratas, vestidos de plumas y un aire de femme fatale.
Chanel ha sido una de las pocas marcas que se ha atrevido en esta Semana de la Moda parisina, que llega a su fin, a celebrar un desfile presencial.
Para ello recurrió a su habitual escenario, el Grand Palais, con sus decorados de hierro verde y sus altísimos techos acristalados, que transformó en un plató de cine en el que las letras de la marca reproducían el famoso cartel de Hollywood que preside el Mount Lee de Los Ángeles, levantado allí en los años 1920.
Sobre una pasarela blanca de gravilla, cerca de un centenar de modelos mostraron las propuestas de la marca para la próxima primavera-verano, ante un público mucho más reducido de lo habitual y donde la presencia de celebridades fue también mucho más discreta debido a la pandemia.
Desde primera fila, siguieron el espectáculo los rostros franceses más cercanos a la marca: la actriz Marion Cotillard (45 años), la cantante Vanessa Paradis (47) y su hija, la también actriz Lily-Rose Depp (21), o la modelo Caroline de Maigret (45), todas ellas embajadoras de Chanel.
La elegancia de los 1940
Sobre la pasarela, un mono de pata ancha con una sobrefalda y pronunciado escote de V, un conjunto de falda a media pierna y con jersey de punto ancho, o una chaqueta en tweed con hombros redondeados y marcando ligeramente la cintura, que pusieron el tono a los estilismos de día con el negro como principal protagonista.
El blanco sirve como contraste en tops con plumas, accesorios de perlas como cinturones o en estilos monocromáticos como un vestido de encaje con flores combinado con chaqueta corta, inspirado en los años 60 o un sencillo traje masculino.
La diseñadora de la firma, Virginie Viard, introdujo algunos toques de color, como el rosa fucsia, en pantalones vaqueros de pata ancha, faldas plisadas con cierre de botones o cazadoras tipo motera.
Para la noche, los vestidos de seda y tul con vuelos y transparencias se impusieron en pasarela, pantalones de pata ancha fluidos así como modelos con capas y plumas en mangas y falda, que recordaban a la década dorada de Hollywood.
Ayudó a recrear el ambiente la actitud desafiante y confiada que tomaron las modelos, que recordaba a las poses de Hepburn apoyada en una chimenea o Dietrich tumbada en un sillón, en un desfile en el que se impuso un cierto minimalismo que empieza a dejar atrás la espectacularidad del exdiseñador de la firma, Karl Lagerfeld.
Viard, quien fuera su número dos durante décadas, sigue retomando los valores de Coco Chanel en un estilo mucho más desenfadado, donde el estilismo queda a veces reducido a una silueta pulcra y elegante.
Si había un mensaje que comprender de este particular desfile, que en directo tan solo pudieron seguir un centenar de invitados frente a los miles que la marca recibe normalmente, es que el cine y la moda pueden ser una buena forma de evasión de la realidad.
La historia de la maison, que desde este mes y hasta marzo de 2021 se exhibe en una retrospectiva consagrada a Gabrielle Chanel en el Palais Galliera de París, está íntimamente ligada a la historia del vestuario del cine, como muestran las numerosas colaboraciones que la modista hizo en su día.
La propia marca lo recordaba en sus redes sociales en la víspera del desfile, con extractos de películas míticas del cine francés como La Piscina (1969), Al final de la escapada (1960) o El desprecio y Pierre le Fou, de Jean-Luc Godard.
El dúo de fotógrafos Inez & Vinoodh, que desde que Lagerfeld no está ha asumido parte de la imagen publicitaria de la marca, se valió de extractos de las películas junto a grabaciones de la nueva colección para ensalzar una línea homenaje a los mayores iconos de estilo del siglo XX.
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