La de Michael J. Fox (61 años) es la historia de un chico bajito criado en una base militar de Canadá que, prácticamente, de la noche a la mañana, se convirtió en el guaperas de la cultura de los 80. Sin embargo, su vida se vio alterada por un diagnóstico sorprendente. El documental La vida de Michael J. Fox, producido y estrenado en Apple TV, repasa la figura de la estrella de Hollywood y, de paso, intenta dar respuesta a la pregunta de qué ocurre cuando un eterno optimista se enfrenta a una enfermedad incurable.
El propio Fox comentó en sus memorias No hay mejor momento que el futuro, en las que está basado el documental, que cuando la gente le pregunta si cree que curarán su párkinson, él siempre responde: "Ya tengo 60 años y la ciencia es difícil. Así que, no". Aún así, en el mismo libro, señaló que está agradecido "por todo, por cada fractura, por cada gesto y por cada giro equivocado, por las pérdidas inesperadas porque han ocurrido de verdad y porque solo así pueden poner de relieve la alegría, los logros y el tremendo amor de mi familia".
El actor canadiense, que en 2022 recibió el Oscar honorífico, detectó su enfermedad a raíz de un leve temblor en un dedo durante el rodaje de un largometraje. Un tiempo después de hacer público que padecía párkinson precoz, optó por retirarse de Spin City para dedicar más tiempo a recaudar dinero para la investigación contra una enfermedad con la que hoy conviven diez millones de personas en todo el mundo. De hecho, en el año 2000 fundó la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Párkinson. Veinte años después de aquello, anunció públicamente que ponía fin a su carrera por el deterioro de su salud.
[Michael J. Fox: regreso al pasado]
Desde el preciso momento en el que los médicos le dijeron lo que tenía, Fox ha contado con el apoyo incondicional de su mujer, la también actriz Tracy Pollan (62), con quien tiene cuatro hijos en común. Fue precisamente ella la persona que ayudó a dejar el alcohol al actor, que recurrió a la bebida para intentar olvidar sus complicadas circunstancias personales. "Pretendía hacer como si aquello no me estuviera pasando a mí. Bebía para disociarme. Tracy aguantó hasta el límite de su paciencia porque ya entonces teníamos gemelos", explica en el documental.
Durante estos años, el intérprete ha sufrido varias caídas que le han provocado la rotura de los dos brazos, una mano y varios huesos de la cara. "Las caídas, las aspiraciones de alimento y la neumonía son algunas de las formas sutiles en que te afecta la enfermedad. Tú no mueres de párkinson. Tú te mueres con el párkinson. No voy a cumplir 80 años", apuntó convencido durante una reciente entrevista con CBS Sunday Morning.
Pese a todo, Fox no piensa tirar la toalla, ni tampoco dejarse llevar por la autocompasión. De hecho, es de subrayar su eterno optimismo. "La lástima es una forma benigna de abuso", opinó en la última edición del Festival de Cine South by Southwest de Austin (Texas). Y concluyó: "Podría sentir lástima de mí mismo, pero no tengo tiempo para eso. Hay cosas que aprender de esto, así que hagámoslo y sigamos adelante".