Es una conexión inesperada, porque a simple vista son dos mujeres que poco o nada tienen que ver. Sin embargo, a partir de ahora estarán unidas por algo muy especial. Kim Kardashian (42 años), que tiene una fortuna aproximada de casi 800 millones de euros, no ha escatimado en gastos hasta conseguir una pieza que perteneció a Diana de Gales, un icono para medio mundo y también para ella. Se trata de un llamativo colgante en forma de cruz con amatistas y diamantes que llevó en varias ocasiones.
La oportunidad de hacerse con ella se ha dado en la prestigiosa subasta anual Royal & Noble de Sotheby's. Según publica la revista People, Kim no desaprovechó la oportunidad de adquirirla y participó en la puja. Hizo una oferta por esta joya y fue alta, pues no quería que nadie se la arrebatara. Finalmente, la consiguió por 182.000 euros. Los organizadores del evento señalan que "fue el doble de su estimación previa a la subasta".
La recordada princesa lució esta cruz de grandes dimensiones en el año 1987 para asistir a la gala benéfica de Birthright en Londres, que apoyaba el trabajo humanitario de la organización para las mujeres embarazadas y que dieron a luz. La combinó con una cadena de perlas se la puso sobre un vestido de terciopelo victoriano de color púrpura firmado por Catherine Walker.
La historia de la joya viene de lejos. Fue creada en 1920 y comprada por Naim Attallah de la firma de joyería de lujo Garrard en la década de 1980. Este empresario mantenía una relación de amistad con Lady Di, lo que hizo que se la prestara en varias ocasiones para asistir a eventos oficiales. Parece que la pieza sólo fue usada por ella y, tras su muerte, nunca se ha vuelto a ver en público. Esto la hace aún más exclusiva, lo que supone un interés añadido para la más mediática de las Kardashian.
"Esta es una pieza de joyería audaz por su tamaño, color y estilo que no puede dejar de hacer una declaración vibrante, ya sea de fe o de moda, o de hecho ambas cosas", ha dicho el director de joyería de Sotheby London, Kristian Spofforth, en un comunicado. "Estamos encantados de que haya encontrado una nueva oportunidad de vida en manos de otro nombre mundialmente famoso", añadió.
Kim vuelve a dejar clara su pasión por personajes icónicos. En mayo de 2022 apareció en la gala MET con un vestido que perteneció a la gran Marilyn Monroe. Tuvo que someterse a una estricta dieta para lograr entrar en él y casi no podría caminar cuando tuvo que subir las escaleras de entrada, pero mereció la pena.