Gracias a Netflix, Carolina Ramírez (39 años) vive uno de los mejores momentos de su vida. La colombiana se ha convertido en una de las actrices y bailarinas más famosas del mundo gracias a su papel en La Reina del Flow, la telenovela en la que tenía el papel protagonista y donde demostró sus muchos talentos. Si bien desde el fin de la serie ha tenido más trabajos, como el de protagonista en una obra de teatro con la que recorrió Argentina, su nombre sigue ligado al de su alter ego, Yeimy Montoya.
Pero al contrario que el personaje de ficción, ella tiene mucha más suerte en todos los sentidos. No solo en el trabajo, como ha quedado demostrado, también en el amor. Así lo ha dejado claro en sus redes sociales, donde ha compartido con sus más de 2,6 millones de seguidores un romántico mensaje dedicado a su marido.
Él es Mariano Bacaleinik, un productor y empresario argentino. Si bien su nombre puede ser desconocido para sus admiradores de España, lo cierto es que es uno de los productores más importantes del teatro en Colombia. Una afición en común que les ha ayudado a afianzar su relación, pues se han convertido en una pareja que es sinónimo de éxito.
En el trabajo, pero también en el año y es que este domingo 4 de diciembre celebran una fecha muy especial: su aniversario de bodas. Y no uno cualquiera, sino el número 10, comúnmente conocido como "las bodas de seda". Se llaman así porque a esa altura de la relación se presupone que se han superado grandes obstáculos y que, desde entonces, todo fluye "como la seda".
Ramírez ha querido dedicarle unas emotivas palabras a su esposo en sus redes sociales que ha acompañado de una bonita fotografía en la que aparecen abrazados. "Amor, respeto, lealtad y tolerancia, los cuatro pilares de una historia de vida conjunta que apenas cumple 12 años. Feliz aniversario mi amor, sigo celebrando el seguir jugandomela con vos. Seguís siendo mi mejor apuesta", ha terminado.
Además, en sus stories ha compartido otra instantánea, mucho más antigua. Según escribe, es del año 2008 y en ella se les puede ver más jóvenes, pero con el mismo brillo en la mirada por estar juntos.
Como si de una película se tratara, su historia de amor comenzó casi por casualidad. Así lo desveló la propia Carolina al diario Infobae, donde explicó que ese primer cara a cara tuvo lugar en una discoteca. "Quien dice que no encuentra el marido en una discoteca es mentira. Me sacó a bailar y bailaba bien, por eso le di bola, si no hubiera bailado bien no".
En la misma entrevista, la protagonista de La Reina Flow contaba también que cinco meses después, durante una visita a Argentina su hermano le presentó a un amigo que casualmente era Bacaleinik. "Me pasó a buscar por el aeropuerto y a cada lugar al que salía y me dijo 'amigo tuyo no voy a ser' y empezó este amor".
Si bien los dos primeros años tuvieron una relación a distancia, algo que recuerda como "muy duro y nada barato", ella se terminó mudando a Buenos Aires, algo que hizo que su historia de amor, que ahora celebran, viviera su mejor etapa.