La alargada sombra de la bisexualidad que se cierne sobre los nominados a los Oscar
La última en reconocer abiertamente su condición sexual ha sido la actriz Susan Sarandon, ayudando a visibilizar -y normalizar- esta cuestión. Dos de los nominados principales también lo han hecho.
25 febrero, 2017 02:13Noticias relacionadas
Hollywood es el espejo mediático en el que se mira el resto del mundo, más si cabe este fin de semana, cuando la alfombra roja del teatro Dolby de Los Ángeles reciba a un enorme firmamento de estrellas muy concienciado, por cierto, con la normalización de ciertas cuestiones como la sexualidad.
La última en visibilizar su condición ha sido la actriz Susan Sarandon, que hace apenas unos días reconocía, a sus 70 años, estar abierta a las relaciones también con mujeres.
Sarandon, que estuvo casada con Tim Robbins (58) durante más de dos décadas y posteriormente mantuvo una relación con Jonathan Bricklin (37), se reconoció "abierta de mente". "Cuando amplías tus horizones en el espectro sexual, todo se vuelve más flexible, pero requiere coraje el volverse vulnerable con otra persona, es un gran paso que hay que dar".
"No importa la edad, la raza, el género de la persona con la que elijas estar", aseguraba a Ellen DeGeneres (59), una de las principales abanderadas de los derechos de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y presentadora de varias galas de los Oscar.
Precisamente, dos de los principales nominados de este año a los preciados galardones también han tratado de normalizar una condición que no debería ser noticia. Así ha ocurrido, por ejemplo, con Natalie Portman (35), quien ya hace varios años reconoció que, aunque nunca había mantenido una relación con una mujer, tampoco la descartaba, pues ella se enamoraba "de las personas y no del género. Por eso no habría que renunciar al 50% de la gente".
La actríz israelí, conocida por su papel de Amidala en Star Wars, camina discretamente hacia el Oscar a la mejor actriz de este año gracias a su interpretación de la sofisticada Jacqueline Kennedy en el filme Jackie.
En la categoría de Mejor actor, el encargado de abanderar la normalización sexual no es otro que Andrew Garfield (33), el protagonista de Hasta el último hombre.
El intérprete, expareja de la también nominada Emma Stone (28), concedió una entrevista en 2015, meses después de su participación en la película The Amazing Spider-Man, en la que lamentaba que los seres humanos "tenemos incrustada la idea de que el amor debe ser entre un hombre y una mujer. ¡No deberíamos ni discutir este tema! Nos asusta lo que no somos. El amor es amor. Yo no tengo preferencia".
Tal era su afán en eliminar prejuicios que abogó por el hecho de que el nuevo Spiderman no tuviera cortapisas en su tendencia sexual.
La sexualidad de su expareja, a pesar de no haberlo reconocido abiertamente, también ha sido cuestionada en ocasiones. Pero Emma Stone no es la única nominada de este año sobre la que han planeado los rumores acerca de su condición sexual. Nicole Kidman (49), nominada a mejor actriz de reparto por Lion, es otra de las intérpretes cuya intimidad ha sido puesta entredicho por esta razón.
La gala de los Oscar, con el colectivo
La ceremonia es, sin duda, uno de los escenarios que más ayuda a la normalización de la sexualidad.
Así, algunos de los presentadores -DeGeneres o Neil Patrick Harris (43)- o de los invitados a la alfombra otros años -Angelina Jolie (41), Michelle Rodríguez (38), Jodie Foster (54), Sam Smith, Drew Barrymore (42), Evan Rachel Wood (29), Ellen Page (30) o Amber Heard (30)- han reconocido abiertamente su homosexualidad o bisexualidad, contribuyendo a que la intimidad personal deje, al fin, de convertirse en noticia.