El Tribunal Europeo ha condenado a España por no proteger el derecho al respeto a la vida privada y familiar de la cantante mexicana Paulina Rubio por comentarios vertidos en varios programas de televisión sobre su supuesta homosexualidad y su relación con Ricardo Bofill.
La cantante ha recibido la noticia con "enorme alegría y satisfacción", según ha indicado su abogado, Javier Saavedra, en conversación con EL ESPAÑOL. "Ella no buscaba dinero, sino esta especie de victoria moral que protege su intimidad. Esta sentencia es muy dura, muy importante y algo novedoso", ha añadido el letrado.
En 2005, el antiguo mánager de la cantante, F.B., así como colaboradores de los programas de televisión Dónde estás corazón (el 22 de abril), Aquí hay tomate (el 26 de abril) y Crónicas marcianas (el 4 de mayo) hicieron los comentarios objeto de la sentencia.
En esos programas se dio cuenta de "rumores" sobre la homosexualidad de Paulina Rubio, pero también de que incitaba a que su pareja consumiera drogas, de la "relación tormentosa" con Bofill, que incluía "malos tratos" y "humillaciones", o de su "convivencia con una lesbiana muy conocida".
El caso acabó ante la justicia española. Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº1 de Madrid no dio la razón a la artista, al fallar que sus gustos sexuales "no pertenecían a la esfera de su vida privada desde mucho antes de la difusión de los tres programas". En ese fallo se señalaba que las alusiones sobre la vida sexual de la demandante "no constituyen un atentado al honor de la interesada, ya que la sexualidad de una persona no debe ser vista hoy como deshonrosa".
Por su parte, la corte europea señaló que "tiene demasiadas dificultades para seguir el razonamiento del juez de primera instancia en cuanto a la existencia de los rumores mencionados". Le recordó al magistrado de primera instancia que el hecho de que la cantante se aproveche del foco de la prensa "no implica dar carta blanca a las cadenas de televisión" y hacer desaparecer "toda protección a la interesada contra los comentarios incontrolados sobre su vida privada".
Y añadió que el juzgado de Madrid "no examinó" el necesario equilibrio entre los derechos a la vida privada de la demandante y a la libertad de expresión de los tertulianos, en cuanto a la cuestión de opinar abiertamente sobre la sexualidad de Paulina Rubio."Se ha perdido en cuatro instancias, y por si fuera poco interpusieron contra ella una querella criminal. Ahora este varapalo a nuestro sistema judicial impedirá que se chismorree sobre la condición sexual, que es algo íntimo", apostilla Saavedra.
El Tribunal de Estrasburgo concluyó que los periodistas deben tener "prudencia y precaución" en el tratamiento informativo, y los tribunales nacionales sopesar lo que afecta a la vida privada y lo que supone un "interés legítimo para el público".Los jueces europeos no condenaron a España a indemnizar a Paulina Rubio, al no haberlo solicitado la defensa de la cantante, algo que su abogado no descarta hacer en el futuro a fin de reparar "el daño moral causado".