La ausencia de la princesa Mette-Marit de Noruega (50 años) en los Juegos Olímpicos de París alarmó a los medios ante una posible recaída de su enfermedad. La Casa Real no salía a desmentir los rumores y las especulaciones iban creciendo.
Hasta este pasado martes, 6 de agosto, cuando se han conocido los motivos reales de su ausencia. Nada tiene que ver con su salud, pero sí que le afecta directamente a ella. Su primogénito, Marius Borg Høiby (27), fruto de una relación anterior a la que mantiene con su esposo, el príncipe heredero Haakon (51), ha permanecido más de un día detenido tras un grave incidente que sucedió en Oslo.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de agosto, cuando el hijo de Mette-Marit se vio involucrado en una violenta pelea que culminó con su arresto. Según apuntan medios locales, fue acusado de agredir verbal y físicamente a una joven de unos 20 años.
Por el momento, no se conoce la identidad de la víctima, que tuvo que ser trasladada al hospital con una conmoción cerebral. Por su parte, Marius permaneció durante 30 horas detenido e incomunicado en dependencias policiales, esperando a que se aclararan los hechos.
Tal y como señala la revista Se og Hør, la agresión ocurrió en un apartamento de Oslo, del que Marius consiguió escapar antes de ser detenido por la policía. Finalmente, los agentes le capturaron en una calle cercana al domicilio. El primogénito de la princesa inició recientemente una relación con la modelo Rebecca Helberg, pero se desconoce si ella tiene algo que ver con el caso o es ajena del suceso.
Actualmente, el hijo de Mette Marit está a la espera de la celebración del juicio y los cargos que pesan contra él son graves. Ahora se entiende la ausencia de la mujer de Haakon, que ha preferido quedarse en Noruega y estar cerca de su hijo que continuar con sus compromisos profesionales. Han informado de que el joven se encuentra en estos momentos junto a su madre en su residencia habitual.
Marius es hijo fruto de una relación anterior de la princesa. Nació de un amor de juventud que terminó mucho antes de que esta conociese al heredero al trono noruego. Sin embargo, el entonces niño supuso una grave crisis en el seno de la monarquía. La pareja luchó contra todos y demostró que su amor era de verdad y que les daban igual las habladurías y lo que pudiese pensar la gente.
En este último año, la monarquía noruega ha estado en el centro de la noticia por los habituales ingresos del rey Harald (87) en el hospital por problemas de salud y su negativa a abdicar en favor de su hijo.