La Casa Real danesa no deja de copar los titulares desde hace más de año y medio. Las polémicas se le han ido acumulando a la reina Margarita de Dinamarca (84 años) que el pasado mes de enero decidió abdicar en favor de su hijo, el actual rey Federico X (55).
Ahora le ha tocado el turno a Joaquín de Dinamarca (54), el hijo menor de la anterior monarca y hermano del actual rey danés. En 2022 los tres protagonizaron titulares después de que Margarita II decidiese despojarles de los títulos de príncipes y princesa a cuatro de sus nietos, precisamente los vástagos de Joaquín. Una noticia que afectó a la relación familiar y a su reputación.
Después de vivir cuatro años en París, el hijo pequeño de la reina y su mujer, Marie (48) se trasladaron hace unos meses a Washington. Ahí disfrutan del anonimato y sólo sacan sus títulos y su popularidad a escena cuando se trata de una causa benéfica en la que están implicados. Sin embargo, ahora han dado una contundente entrevista con The Washington Post en la que hablan sobre las polémicas en la que se han visto envueltos de manera involuntaria.
"Hemos vivido aquí durante siete meses y muy poca gente sabe quiénes somos, aparte de los daneses", comienza a decir en la entrevista Joaquín de Dinamarca. Asegura que está aprendiendo a redefinir su papel de "Príncipe moderno" a la par que intenta abrazar una vida lejos del foco real.
En la entrevista no han faltado las preguntas sobre la polémica de los títulos de sus hijos, que causó un cisma familiar y que enfrió las relaciones entre ellos. "No estábamos contentos con la forma en que sucedió", reconoce la Princesa. "Pero es una cosa de familia. Es complicado", añade.
Aunque han evitado hablar en profundidad sobre el asunto, lo poco que dicen es suficiente para saber que es un tema que les sigue afectando tanto a ellos como a sus hijos. "Es también su nombre. Es su identidad desde que nacieron, así que es más que lo que la gente ve como un título", defienden. Para terminar con la conversación, Joaquín afirma que la herida ya empieza a sanar: "Hemos seguido adelante". Es ella quien lleva la voz en este asunto, evitando así que su marido pueda salir perjudicado.
El matrimonio siempre ha defendido que lo que más les molestó de todo fue el modo en el que se hicieron las cosas y cómo se les comunicó a ellos la decisión. Pero detrás hay una cuestión de celos contra la que llevan luchando desde hace años.
La prensa danesa siempre ha afirmado que entre Joaquín y Federico hay una distancia que parece insalvable. Las relaciones no son malas, pero las comparaciones han sido como una bomba en su relación. De hecho, según señalan, "intentan no coincidir nunca en reuniones familiares, a no ser que no les quede otro remedio".
A pesar de toda esta situación, Joaquín de Dinamarca quiso estar en uno de los días más importante de la vida de Federico. Tras la inesperada abdicación de Margarita, el hijo menor cogió un vuelo desde Estados Unidos, en solitario, para acompañar a su hermano y a su familia.