La Familia Real británica, y en concreto Kate Middleton (42 años), y su presunta delicada salud, continúan en el punto de mira. A pesar del comentado y polémico vídeo, publicado el pasado 18 de marzo en The Sun, en el que se veía a la princesa de Gales "feliz y saludable" de compras junto a Guillermo (41), las especulaciones suman y siguen.
Mientras que los planes de la pareja pasan por desplazarse este fin de semana a su residencia campestre de Sandringham -según ha trascendido-, para pasar unos días de descanso con sus hijos George (10), Charlotte (8) y Louis (5) coincidiendo con el inicio de la Semana Santa, la prensa británica ha revelado cómo se siente el Príncipe y la forma en que está afrontando el aluvión de noticias que rodean a su mujer y a su matrimonio.
Sobrepasado, triste e impotente. Esas son tres de las palabras que podrían definir el estado anímico del heredero al trono, que hace unos días se sinceró en un acto oficial con varios periodistas. Como ha contado una reportera de The Sun, el hijo del rey Carlos III (75) "está enfadado, frustrado y profundamente decepcionado por lo que ha ocurrido en las últimas semanas".
Y buena prueba de ello es que, desesperado, en los últimos días, durante un acto institucional, el hermano de Harry (39) no ha dudado en preguntar a los presentes "¿cuándo terminará todo?".
El principal motivo de preocupación de Guillermo es la presión mediática que rodea a su mujer desde que fue sometida a una intervención abdominal el pasado 16 de enero. Guillermo, sostienen diferentes tabloides, es incapaz de ocultar, incluso ante la prensa, su impotencia al ver la cantidad de rumores y especulaciones que se han publicado sobre Kate en los últimos dos meses.
Tal y como ha explicado la periodista británica Rebecca English, el principal objetivo del Príncipe siempre ha sido "proteger a su familia del tipo de intrusión" y acoso que sufrió su madre, Diana de Gales, y comprobar que no lo ha conseguido, le ha afectado profundamente y le ha dejado totalmente abatido.
Se añade desde The Sun: "Guillermo ha aprendido ahora por las malas que este grado de control no se extiende al conjunto de las redes sociales -y mucho menos a las publicaciones extranjeras e incluso a la televisión estadounidense en horario de máxima audiencia- que, simplemente, no están sujetas a una fracción de la misma regulación que los medios de comunicación aquí".
Para English, las conspiraciones que se desatan en internet son la principal fuente de preocupación de Guillermo, que ve que poco o nada se puede hacer para frenar ese alud: "Las teorías, incluidas las afirmaciones de que utilizó un doble de cuerpo en Windsor Farm Shop y las noticias de esta semana sobre sus registros médicos se filtraron deliberadamente para desviarlas".
Precisamente, esas fotografías de Kate -y su posterior vídeo en movimiento- saliendo de realizar unas compras en Windsor junto a su marido, han disparado las habladurías y los dimes y diretes. El vídeo que ha dado la vuelta al mundo fue grabado por un ciudadano anónimo, de nombre Nelson Silva. Él reveló en The Sun que vio a Kate "con mis propios ojos" luciendo relajada en Windsor.
Algunas voces maledicientes sostuvieron que la mujer que desfilaba al lado del heredero al trono se parecía a Kate, pero no era la Princesa. Otros aseveran que era demasiado alta para ser la nuera de Carlos III.
Problema de credibilidad
El escritor británico y experto en realeza Rob Johnson opinó el pasado martes, 19 de marzo, que la monarquía del Reino Unido "tiene un problema de credibilidad" que ha de abordar "lo antes posible", a raíz del escándalo mediático generado por la foto retocada por la princesa de Gales.
En un encuentro con prensa extranjera en Londres, Johnson, que lleva 35 años escribiendo sobre la Familia Real, departió acerca de la controvertida imagen de Kate y sus hijos publicada el pasado 10 de marzo, que generó todo tipo de teorías sobre su estado de salud.
Johnson, que sacará el próximo verano un libro sobre la esposa del príncipe Guillermo, consideró que en este caso se ha producido un "fallo" en la gestión de la comunicación de los miembros de la familia real, que atribuyó al hecho de que cada uno maneja sus relaciones con la prensa mediante departamentos y personal diferentes.
El hecho de que los actuales reyes, Carlos III y Camila (76), y los príncipes de Gales no compartan oficina de prensa, contrasta con cómo se manejaban las comunicaciones de palacio en la época de la malograda Lady Di, "cuando solo había un responsable de prensa que se comunicaba directamente con la reina Isabel II, con lo cual ésta estaba siempre al corriente", según él.
Johnson afirmó que se ha producido "una verdadera desconexión (con los ciudadanos) que debe abordarse" y el palacio tendría que "hacer algo al respecto lo antes posible".