El 21 de marzo de 2018 salía a luz que el rey Mohamed VI (60 años) se divorciaba de Lalla Salma (45). Desde entonces han pasado seis años y es poco lo que se sabe de ella. Alejada de la Corona, la que un día fue mujer del soberano de Marruecos mantiene un perfil de discreto. Su rutina es un misterio y han sido pocas las veces que se le ha visto públicamente desde que se separó del monarca alauí.
En este tiempo se ha hablado de una supuesta mudanza a Estados Unidos y se ha especulado sobre presuntos viajes constantes, pasando temporadas en Francia o Grecia. Pero lo cierto es que Lalla Salma vive en Rabat.
Tal y como aseguró el periódico local Assahifa Arab, la Princesa está "casi permanentemente" en la capital de Marruecos. De acuerdo con la información que publicó el mismo medio en mayo de 2022, Lalla Salma decidió quedarse en Rabat para estar cerca de su hijo, el príncipe heredero Moulay Hassan (20). Está "tranquila" y acompañada de su hija menor, Lalla Kadhija (17), según reveló el portal.
Entonces, Assahifa Arab publicó que la exmujer de Mohamed VI había celebrado su cumpleaños en una finca de la Familia Real en Rabat. Ha sido una de las pocas veces que se ha tenido noticias de ella desde que se reveló su divorcio con el Rey.
Durante casi dos años fue imposible seguirle la pista y tener alguna fotografía. Aquello generó todo tipo de rumores. Se llegó a especular que estaba secuestrada o que el Rey le habría impuesto restricciones para no ver a sus hijos. Esto, sin embargo, fue desmentido por el propio Mohamed VI. A través de su abogado, Eric Dupond-Moretti, el monarca negó haber sido un obstáculo para su exmujer.
Lalla Salma estuvo en el ostracismo hasta octubre de 2019, cuando el diario marroquí Goud compartió unas imágenes en las que se le veía pasear junto a sus dos hijos en Nueva York, escoltada por un equipo de seguridad.
Poco después, Lalla Salma reapareció en un acto público en Rabat. Acudió a la exposición Tesoros del Islam en África: de Tombuctú a Zanzíbar, organizado por el Instituto del Mundo Árabe en el museo Mohamed VI. Entonces se especuló sobre su posible regreso a ciertos compromisos públicos, pero jamás ocurrió. Su día a día se ha convertido en un enigma.
La última vez que hubo noticias de ella fue en verano del año pasado, cuando Vanitatis publicó que había sido vista en una boutique de Tánger, acompañada por varios miembros de seguridad.
Tal y como informó en su día el periódico Assahifa Arab, Lalla Salma recibe "frecuentemente" las visitas de miembros de la Familia Real alauí. De estos encuentros, sin embargo, no hay imágenes.
Con su hijo, Moulay, mantiene una estrecha relación. Hace un tiempo, incluso, los periodistas locales afirmaron que su figura es clave en la formación y en las decisiones del futuro Rey de Marruecos. Los expertos ponían el foco en este detalle después de que el heredero mostrara su evolución estilística. El saber estar, la elegancia y la madurez parece haberla heredado de su madre.
Durante su matrimonio con Mohamed VI, Lalla Salma destacó por romper las normas convencionales de la mujer marroquí. Fue la primera esposa de un soberano alauí a la que se le dio un título real: el de Princesa. Hasta ese momento, la mujer del monarca sólo se desempeñaba en su rol de madre y no tenía actividades oficiales.
Con Lalla Salma se introdujo la figura de la Primera Dama en Marruecos. Siguiendo una línea propia del mundo occidental, fue presentada en los medios de comunicación y, entre otras cosas, se desempeñó como embajadora de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud. También ejerció de anfitriona en la recepción de mandatarios extranjeros. Entre ellos, representantes de las casas reales europeas, como Felipe VI (56) y Letizia (51).
Mohamed VI y Lalla Salma se conocieron en 1999, poco antes de que falleciera el padre del monarca. Después de tres años de relación contrajeron matrimonio. Se dieron el sí, quiero en el palacio de Real de Rabat el 21 de marzo de 2002. En la misma fecha, pero de 2018, se hizo público su divorcio. Poco antes la Princesa ya había desaparecido de la escena pública.