Los Windsor atraviesan uno de sus periodos más críticos. Este pasado miércoles, 17 de enero, con apenas una hora y media de diferencia, salió a la luz que Kate Middleton (42 años) se recupera en el hospital de una cirugía abdominal y que la próxima semana el rey Carlos III (75) se someterá a una intervención por un agrandamiento de próstata.
Ambos se mantienen centrados en su salud y han tenido que pausar sus compromisos institucionales. La princesa de Gales, de hecho, no retomará su agenda hasta después de Semana Santa. También estará ausente de la vida pública el príncipe Guillermo (41), ya que permanecerá al cuidado de su mujer, al menos mientras esté en el hospital.
La Corona, así, se queda sin sus pesos pesados durante un periodo que estará marcado por la incertidumbre. Hasta ahora, son pocos los detalles que han trascendido sobre el estado de salud de Kate Middleton y del rey Carlos. En el caso de la princesa de Gales únicamente se ha descartado que su procedimiento estaba relacionado con un cáncer. En cuanto al monarca, se ha dicho que es una condición "benigna" y que se someterá a un cirugía "correctiva".
La Familia Real británica no suele dar datos sobre las enfermedades de sus miembros, ya que consideran todas las cuestiones médicas como un asunto privado. En cuanto a Kate Middleton, indican los medios ingleses, "se requirió orientación", ya que estará alejada de la vida pública durante un largo periodo. Aun así, la princesa de Gales querría que su condición se tratara de manera confidencial.
"El Palacio de Kensington sólo proporcionará actualizaciones sobre el progreso de Su Alteza Real cuando haya nueva información significativa para compartir", se indicó este pasado miércoles. No obstante, según el periodista especializado en Casa Real Cameron Walker, Kate Middleton está "bien" tras su segunda noche en el hospital.
El rey Carlos parece que será más abierto con su estado de salud, ya que pretende compartir detalles de su diagnóstico para alentar a otros hombres a someterse a los controles médicos pertinentes en caso de que estén experimentados síntomas similares.
Todo ello parece ser entendible para los ingleses. Lo que resulta "inaudito", en palabras de la prensa británica, es que tres de los miembros más importantes de la Familia Real estén fuera de sus compromisos durante un periodo indeterminado.
Sobre la agenda de la reina Camila (76), el palacio de Buckingham aún no ha dado detalles. Aunque podría ser ella quien asuma parte de la responsabilidad de la Corona, lo cierto es que también existe la posibilidad de que se mantenga al lado de su marido durante su recuperación. De ser así, la Familia Real británica sólo contaría con dos de sus miembros activos: la princesa Ana (73) y el príncipe Eduardo (59), los hermanos de Carlos III. No sería posible recurrir al príncipe Andrés (63) ni al príncipe Harry (39), pues ambos fueron desterrados de sus funciones monárquicas.
Aunque Buckingham presume que Carlos III "sólo estará fuera de acción durante unos días como máximo", los medios puntualizan que la situación es "dramática". El Rey recibió su diagnóstico este pasado miércoles, después de una revisión que tuvo a comienzos de semana. Por lo que nada hacía presagiar que su baja coincidiría con la de Kate Middleton -cuya operación ya estaba programada- ni con la de su hijo Guillermo, quien ha puesto por encima el deber hacia su familia que su papel institucional.