Nuevo susto de salud para el rey Harald de Noruega (86 años). En las últimas horas, el monarca ha sido diagnosticado de Covid-19 -por segunda vez- y estará de baja médica hasta que deje de padecer los síntomas de la enfermedad.
De acuerdo a la información que se ha facilitado, el marido de Sonia de Noruega (85) padece un leve resfriado, y en este tiempo de convalecencia será sustituido en sus funciones institucionales por su hijo, el príncipe heredero Haakon (49). No es la primera vez que el monarca se ve aquejado de coronavirus. Ya en marzo de 2022 dio positivo con síntomas también leves.
Lo cierto es que en los últimos meses los baches de salud de Harald, y sus ingresos hospitalarios, se han visto fuertemente agravados y han sido una constante. La última vez que su nombre ocupó los titulares de los medios de comunicación fue el pasado mes de junio, cuando sufrió una aparatosa caída al tropezar con un escalón en el puerto de Copenhague.
Un mes antes, en mayo, tuvo que ser ingresado en un hospital de Oslo por una infección. Así pues, la débil salud de Harald viene de lejos. En enero de 2022, el monarca tuvo que ausentarse de nuevo de sus compromisos institucionales al darse de baja por enfermedad tras mostrarse indispuesto.
En marzo de 2021, Harald se vio obligado a causar baja tras una operación de rodilla. Su viacrucis médico comenzó en 2020. Ese año, el monarca tuvo que pasar por quirófano para cambiar de válvula en el corazón, que se le instaló por primera vez en el año 2005.
"Las válvulas de ese tipo tienen una vida de diez a quince años, por eso no es inusual que se tengan que repetir este tipo de operaciones después de un tiempo", se pudo leer en el comunicado previo a la operación del Rey.
Y se añadió: "Su Majestad ha pasado controles rutinarios y los exámenes que hemos hecho últimamente muestran que era necesaria esta operación para mejorar su respiración". En su momento, la operación fue un éxito.
El monarca, según contaron los medios noruegos en el pandémico 2020, se empezó a encontrar mal cuando estaba en su residencia de verano, al este de Oslo, hasta donde llegaron dos ambulancias. Finalmente, estas salieron junto a dos coches oficiales para dirigirse al hospital.
En enero de ese año su salud también se vio afectada. El Rey sufrió unos mareos -desencadenados por una alteración del equilibrio- que le obligaron a permanecer bajo observación, pese a no haber registrado gravedad alguna.
Unos días antes, el monarca había tenido otro bache de salud. Entonces, pasaba por una infección vírica que le impidió continuar con su agenda. Entre otras cosas, no pudo presidir el Consejo del Reino y lo sustituyó, de nuevo, el heredero, el príncipe Haakon.