El domingo 20 de agosto ya es una fecha marcada en el calendario de la historia del fútbol femenino. La victoria de la Selección en la final del Mundial frente al equipo de Inglaterra ha sido una gesta deportiva que ha emocionado a todo el país y que ha tenido otra gran protagonista: la reina Letizia (50 años) que se ha convertido en una gran embajadora de un deporte que ha salido del ostracismo al que se veía relegado durante años para ocupar titulares y portadas en todo el mundo.
La presencia de la esposa de Felipe VI (55) ha marcado un gol en favor de la Corona, en un momento relevante en el panorama político. Este lunes 21 comienzan las consultas con los representantes designados por los grupos con representación parlamentaria con el fin de que el Rey proponga un candidato a la Presidencia del Gobierno. Sobre la mesa, el acuerdo del PSOE y Junts per Catalunya y las recientes declaraciones de Puigdemont (60), quien a principios de agosto dirigía un duro ataque contra la Monarquía destinadas a abrir el debate sobre una consulta sobre el modelo de Estado.
En medio de este clima incierto, Letizia apunta un éxito para la institución en su viaje a las Antípodas, marcando otro hito en su agenda institucional feminista. La Reina presenció la final del Mundial en el estadio de Sídney (Australia), junto a su hija Sofía (16). Aunque llevaba un tiempo sin asistir al campo, la cita lo merecía y su reaparición fue apoteósica, mostrando su apoyo comprometido al fútbol femenino y vibrando como una espectadora más durante el partido.
En el palco de honor que ocupaba, los gestos de nerviosismo y euforia se sucedían, lo que conquistó desde el primer momento a los asistentes. Al término del partido, con la victoria para las jugadoras españolas gracias a un gol marcado por Olga Carmona (23), la Reina se dejaba llevar por la emoción, protagonizando momentos inéditos muy alejados del férreo protocolo que suele imperar en sus actos oficiales.
Letizia, acompañada de la Infanta, bajó al terreno de juego para entregar las condecoraciones a las vencedoras y lo hizo abrazando con fuerza a cada una de ellas, cercana y orgullosa de lo que han conseguido. El momento de entregarles la copa del Mundial desató la locura y, contra todo pronóstico, la Reina se unió a la fiesta de una manera entusiasta y novedosa. Las integrantes del equipo español coreaban su nombre "¡Leti, Leti!", prescindiendo del boato real, y ella agradecía sonriente el gesto. Las jugadoras también corearon el nombre de la infanta Sofía.
En un momento dado y llevadas por el calor de la celebración, no dudaron en gritar: "¡Que bote la Reina, que bote la Reina!". Aunque en un principio parecía que ella no se animaría, finalmente se decidió a saltar levantando las manos en señal de victoria. También pudo coger con sus propias manos el ansiado trofeo. Pero no sólo eso, el apoyo de Letizia fue correspondido por la Selección cuando le entregaron una camiseta con su nombre y el dórsal número doce, un gesto que la convierte en miembro de honor del equipo.
Mostrando una felicidad casi inusitada, la Reina saludó al público asistente, se hizo fotos y compartió sus impresiones. Esta ha sido una cita más dentro del firme compromiso de la nuera del emérito Juan Carlos I (85) por la igualdad de género. El hecho de que lo haya compartido con la infanta Sofía hace que sea aún más especial. La joven es una apasionada del fútbol, deporte que ella misma practica, así que presenciar la final del Mundial femenino ha sido un sueño hecho realidad. Feliz, se envolvió con la bandera de España para celebrar la gesta y se puso la camiseta de la Selección con su nombre que también le fue entregada en Sídney.
Letizia llegaba al estadio poco antes del inicio del partido, vestida de rojo como homenaje a las jugadoras españolas, con un traje de Hugo Boss de estreno. Sus primeras palabras en Australia ya dejaban entrever sus ganas de celebrar y también de reivindicar el papel de la mujer en este deporte. "Es una alegría y es emocionante estar hoy aquí para arropar y para acompañar a las jugadoras y a todo el cuerpo técnico en una final que está haciendo vibrar a toda España. Yo creo que de nuestro lado están esa capacidad para superar obstáculos, el trabajo, el esfuerzo, las ganas de ganar y ojalá que también la suerte nos acompañe esta noche. Pero con independencia de lo que suceda, ellas ya son unas campeonas", confesaba ante las cámaras de RTVE.
Sus buenos deseos y ánimos parece que sirvieron de estímulo, porque la deseada victoria llegó. Ya conocía a las jugadoras, pues el pasado mes de junio se reunía con ellas antes de que pusieran rumbo a Australia para participar en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023 y les prometió ver todos los partidos que pudiera. "Os deseo muchísima suerte y tened la certeza de que os vais a aquellas tierras tan lejanas con el cariño de todo un país, que está de verdad a vuestro lado", les dijo.
El afán de la Reina por dar visibilidad a los deportes femeninos está claramente marcado en su agenda personal, por lo que su asistencia a la final no ha sido una sorpresa, sino un suma y sigue en su propósito. En 2020 entregó por primera vez la Copa de la Reina de fútbol, algo que no ha podido repetir en años posteriores. En 2019 ya presidió la entrega de este trofeo e hizo estas significativas declaraciones: "Es importante apoyar el deporte femenino, no solo el fútbol. Que la sociedad siga apoyando el deporte femenino en España de una forma contundente. Empecemos por el fútbol pero extendámonos a más deportes".