La Reina ha tenido una semana muy poco visible para el público. Los tres actos que ha protagonizado estos últimos días han sido en Madrid y se ha tratado de eventos sencillos en los que su implicación ha sido más presencial que otra cosa. El lunes 5 de junio Letizia (50 años) estuvo presidiendo unas jornadas para la FAD sobre la adolescencia y los videojuegos; el miércoles 7, en un acto del Banco Santander; y el jueves 8, en una reunión de trabajo en el palacio de la Zarzuela con la Fundación Princesa de Girona.
Cada vez que su agenda baja de intensidad son muchos los comentarios sobre su falta de visibilidad, achacada a poco rendimiento laboral. Pero esta semana lo que ha ocurrido ha sido todo lo contrario: la esposa de Felipe VI (55) se marcha a Colombia con la Agencia de Cooperación Española en unos días y tiene que estar todo listo, por lo que su ritmo de trabajo en el despacho que tiene en el edificio de oficinas de la Zarzuela ha sido frenético.
Letizia tiene previsto una estancia de tres días, el 12, 13 y 14 de junio, en el país sudamericano. La idea es que conozca in situ el trabajo que la cooperación española desarrolla en el país en las áreas de erradicación de la pobreza; igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas; crecimiento económico inclusivo y sostenible: empeño y trabajo decente, especialmente en el ámbito de la juventud; y construcción de paz, lucha contra todas las formas de violencia y acceso a la justicia para todas las personas.
Como en todos los viajes de los Reyes, hay una persona del Gobierno que los acompaña, en esta ocasión Letizia irá a Colombia el próximo lunes acompañada por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela Rodríguez (55).
El recorrido de la Reina por el país tendrá una parada especial en la ciudad de Cartagena de Indias y tendrá como anfitriona a la Primera Dama del país, Verónica Alcocer (47), a quién conoció hace poco más de un mes cuando visitó nuestro país acompañando a su marido, el presidente colombiano Gustavo Petro (63). Tras la localidad que baña el mar Caribe, Letizia viajará a Cali, para visitar una casa de acogida a mujeres maltratadas financiado por la agencia española.
No será esta la primera visita a Colombia de la Reina, que aterrizó allí por primera vez en 2009, en calidad todavía de Princesa de Asturias. En aquel momento fueron recibidos por el entonces presidente del país, Álvaro Uribe (70), y entre otras actividades inauguraron el V Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo y el II Foro de Inversiones y Cooperación Empresarial España-Colombia.
"Los viajes de cooperación con la Reina son agotadores. Ella siempre está súper enchufada. Se estudia todos los proyectos de forma exhaustiva, sabe perfectamente lo que vamos a ver y a quién. Siempre está a un nivel altísimo", relata uno de los periodistas que ha viajado de forma habitual con la Casa Real.
Y para que esto ocurra, Letizia hace un trabajo previo, de forma concienzuda, en su despacho de Zarzuela durante los días anteriores al viaje. Por eso su agenda baja de intensidad. Antes de viajar a Colombia, la Reina se ha reunido con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares (51), con la secretaria de Estado de Cooperación, Pilar Cancela (55) -a la que ha visto en las últimas jornadas en dos ocasiones-, y con el director de la Agencia de Cooperación Española, Antón Leis, con el que mantiene una estrecha amistad.
Por si estas reuniones no fueran suficientes, ella mismo pidió encontrarse con antiguos cooperantes españoles que hubieran trabajado en la zona que va a visitar para conocer de primera mano la situación.
"La Reina quiere saberlo absolutamente todo sobre las zonas que va a visitar, los proyectos que hay en marcha, cómo funcionan y a quién se va a encontrar. Es una persona súper exigente y pide el mismo compromiso a los demás", explica a EL ESPAÑOL una persona cercana al equipo de Letizia.
La esposa de Felipe VI, como manda la tradición desde que era su suegra la emérita Sofía (84) la que realizaba este tipo de desplazamientos, llevará en el avión oficial a la prensa habitual que cubre los temas de la Casa Real. "Se trata de darle la máxima cobertura posible a estos viajes, pero no a que vaya la Reina, sino a la labor que hace nuestra agencia de Cooperación en sus misiones en todo el mundo. Así que facilitar el desplazamiento de los medios de comunicación es parte de esta estrategia para que sea más sencillo cubrirlos", comenta la misma fuente.
La experiodista vestirá de nuevo su chaleco de cooperante, ese que causó tanta polémica en su viaje a Paraguay de hace dos años, cuando la diputada del Partido Liberal Radical Auténtico, Cristina Amarilla, cuestionó el uniforme que lució Letizia durante casi toda su estancia en el país centroamericano. "Me pregunto hasta dónde esto en la jerga protocolaria no es un desprecio. Por un lado, celebro la sencillez de la señora, pero por otro lado me molesta que cuando se va a otros países se va con atuendos que fácilmente superan los 10.000 dólares, haciendo honor de alguna manera al lugar que visita", comentó cuando Letizia pisó la capital del país.
Con lo que seguro que no se va a topar en Colombia la Reina va a ser con la tormenta de arena con la que peleó hace un año en Mauritania. Fue en la segunda jornada de su viaje, cuando se desplazó a unos 20 kilómetros de la capital del país, Nuakchot, para ver de primera mano los cultivos con riego por goteo.
"Aunque poco pudimos ver, ya que la arena la teníamos por todo lados, costaba hasta respirar. Estuvo a punto de anularse la visita y Letizia dijo que no", cuenta una persona cercana al equipo de Zarzuela.
Pero puede que el viaje de cooperación que nunca olvide Letizia sea el primero que hizo en 2015 a Honduras y Salvador. Seguro que lo recordará siempre, pero no solo por la labor humanitaria que pudo conocer, sino porque se llevó un montón de críticas al escoger el look que lució para una cena con la entonces Primera Dama hondureña.
Era la primera noche que Letizia pasaba en el país, la pareja presidencial -que aún hoy sigue al frente del Gobierno- ofreció una cena de gala en honor a la Reina, que impactó con un impresionante vestido negro. De palabra de honor y corte midi, muy ceñido a su silueta y en tejido de aplicaciones de strass en color azabache, el diseño estaba firmado por Felipe Varela.
Una aparición que la elevó a la categoría de superestrella global y que levantó cierta polvareda en medios de comunicación de Honduras que calificaron de "inadecuado" el exclusivo outfit que Letizia eligió para exhibir en un viaje con fines puramente humanitarios en uno de los países más pobres de América. Ahora, la Reina no estaba dispuesta a cometer ahora el mismo error: lección aprendida, cosa que soluciona con el chaleco rojo de cooperante.