Este 5 de enero de 2023, jueves, es un día muy especial, marcado en rojo, en el calendario vital del rey emérito Juan Carlos I. El monarca sopla 85 velas. "85 tacos", como el propio ex jefe del Estado ha respondido, literalmente, en un mensaje de WhatsApp a EL ESPAÑOL.
Una efeméride redonda que el Emérito soñaba con celebrar en España, su país, casi tres años después de su marcha a Abu Dabi, pero que, finalmente, pasará en los Emiratos Árabes, donde tiene establecida su residencia desde agosto de 2020. El deseo del monarca era pasar las navidades en España, reencontrarse con su familia y sus amigos y, de paso, soplar las velas de su tarta de cumpleaños en el Palacio de La Zarzuela.
Sin embargo, obtuvo un "no" rotundo por parte de su hijo, el rey Felipe VI (54) cuando le solicitó 'permiso' para regresar a nuestro país 7 meses después de su polémica, mediática y comentadísima estancia de cinco días en Sanxenxo, en el mes de mayo de 2022.
Un varapalo para Juan Carlos que, en el ojo del huracán por el controvertido pódcast en el que Corinna Larsen (56) revela aspectos desconocidos de su relación y le retrata como una persona ambiciosa, sin escrúpulos, mujeriego, vividor y manipulador, ha mantenido en los últimos tiempos un perfil bajo.
Sin embargo, 85 años no se cumplen todos los días y para celebrarlo el Emérito ha organizado una comida privada con algunos amigos que han viajado expresamente hasta Abu Dabi para pasar estas fechas con él.
Con lo que no contaba el monarca es con la presencia de sus hijas, las infantas Elena (59) y Cristina (57), que como adelanta El Confidencial Digital han viajado al Emirato para sorprender a su padre en su cumpleaños y demostrarle, una vez más, su apoyo incondicional.
Un viaje exprés en el que, en principio, no estarían acompañadas por sus respectivos hijos,. Mientras Juan (23), Pablo (22), Miguel (20) e Irene Urdangarin (17) estarían en Vitoria con su padre, Iñaki Urdangarin (54), Froilán (24) y Victoria Federica (22) no han ido por motivos bien distintos.
Por su parte, la influencer se encuentra disfrutando de unos días en la nieve con amigos, como ella misma ha compartido en sus redes sociales. Su hermano, en cambio, preferiría mantenerse alejado del foco mediático tras la polémica en la que se vio inmerso al estar presente en una pelea con navajas a las puertas de una discoteca el pasado mes de noviembre.
En estos días, Juan Carlos I ha recibido en estos días multitud de llamadas y mensajes, tanto por su cumpleaños como para felicitarle las Navidades y el Año Nuevo. El Emérito llega a los 85 años "muy bien física y moralmente", según aseguran personas próximas a él.
Por tercer año consecutivo, festeja esta efeméride fuera de España tras su marcha a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020 por la controversia que provocaron sus negocios irregulares en el extranjero.
El rey emérito conmemora su aniversario sin pistas de cuándo podría protagonizar su segundo viaje a España tras el que hizo el pasado mes de mayo, que causó malestar en el Gobierno por su comportamiento en los días en los que estuvo en Sanxenxo (Pontevedra) con sus amigos de la vela.
Desde su marcha a Abu Dabi hace dos años y medio, Juan Carlos sólo se ha desplazado en una ocasión a España, entre el 19 y el 23 de mayo, dos meses y medio después de que la Fiscalía del Tribunal Supremo archivara la investigación contra él.
Tras cerrarse la causa, el anterior jefe del Estado expresó su deseo de seguir viviendo en Emiratos Árabes Unidos, donde se aloja en una villa facilitada por las autoridades del país del golfo Pérsico, y de volver a España "con frecuencia", aunque no hay perspectivas de cuándo podría tener lugar su próximo viaje.
"Querer quiere, otra cosa es que pueda. Pero ya ha tenido su pena de telediario y sus penas fiscales. Más no puede hacer", esgrime a EFE uno de las personas con las que mantiene contacto telefónico.
Aunque el deseo por regresar a España lo conserva, otras fuentes de su entorno revelan que "está cansado" del trato que algunos le están dando al no valorar su legado de 39 años de reinado.
"Tiene un sentimiento de dolor por que la gente, en la balanza de lo que ha hecho en la vida, sólo mire el platillo de las cosas malas y no el de las cosas buenas", lamenta uno de los amigos que le ha visitado en varias ocasiones en Abu Dabi.