Avance de la cuarta entrega de los demoledores capítulos del pódcast Corinna y El Rey. En esta ocasión, la empresaria germano-danesa Corinna Larsen (58 años) aborda tres momentos clave en su vida y la del que fuera jefe del Estado español durante casi 40 años: el asalto en su casa de Mónaco, los insultos en los medios de comunicación, que ella atribuye a la reina Sofía (84), y la caída de Juan Carlos (84) en Botsuana, donde se rompió la cadera tras una noche de fiesta y alcohol.
1. La caída del Rey
El 14 de abril de 2012 siempre quedará marcado en el calendario personal e institucional del rey Juan Carlos como el peor día de toda su existencia. España se encontraba sumida en una profunda crisis económica, la prima de riesgo estaba disparada, las calles del país donde reinaba se llenaban de gente por el crecimiento incontrolado del paro y su nieto mayor, Felipe Froilán de Marichalar (23) se había disparado por accidente en un pie. Él, mientras tanto, disfrutaba con su amante de unos días de montería en un safari de lujo en África.
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Aquella funesta madrugada, tras una noche de fiesta, Juan Carlos se cayó y se rompió la cadera. "Había ruido, fui hacia Vicente [García-Mochales] y le pregunté. Su respuesta fue decirme que debíamos evacuar de inmediato al Rey, que el equipo médico creía que tenía una hemorragia interna y teníamos llevarlo a un hospital", expresa Corinna.
"Me escoltaron de regreso a la tienda de campaña, me quedé a solas con el Rey y me dijo: 'No me acuerdo, pero creo que anoche me caí'". "El alcohol", dicen en el pódcast, "le había nublado la memoria". La caída fue al alba, justo antes del amanecer, aún de noche. Se tambaleó al salir de su tienda de campaña para ir al baño, caminó medio dormido y tropezó con la raíz de un árbol o una piedra. El ruido del golpe tremendo. La seguridad del entonces soberano corrió para levantarlo y llevarlo de vuelta a su cama.
"Mi reacción", declara Larsen, "fue decir que necesitábamos conseguir un vuelo de evacuación médica porque teníamos a un jefe de Estado con hemorragias interna, pero él se negaba, decía que si podíamos ir en mi avión".
2. Asalto en Mónaco
Un día, Corinna Larsen recibe un mensaje de una empresa de seguridad que dicen ser contratados "por sus amigos de Madrid". En ese instante, ella reacciona llamando ipso facto al rey Juan Carlos y preguntándole qué significa todo esto. El monarca le quita la idea de la cabeza y se le indica que es necesario que se haga con un equipo de seguridad por su bienestar y por mantenerla alejada de los paparazzi.
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Estando fuera Mónaco, Corinna recibe la llamada de su ama de llaves y de sus asesores informándole de que un grupo de personas "han tomado su casa y sus oficinas". Vuelve a llamar al Rey y le espeta que "todo esto es ilegal", que no estaba dispuesta a permitirlo. El mayor de sus temores era que aquella gente, absolutamente desconocida para ella, pudiera hacerse con material sensible que la comprometiera de manera pública y legal.
3. Insultos a Corinna
Cuando se descubrió la existencia de una mujer en la vida de Juan Carlos llamada Corinna y con la que mantenía una relación de más de ocho años, los medios de comunicación, según ella, se ensañaron de manera muy cruel. En el piso 17 de su edificio de Mónaco, Larsen leía las noticias sobre ella y llegaron a llamarla "asesina de elefantes" y "bruja malvada".
"Corinna es la razón por la que el Rey no estuvo con su nieto lesionado", apunta la exprincesa alemana que decían los crónicas de la época. "Yo solo pensaba", dice la empresaria "'Vaya, esto tiene la marca de la reina Sofía por todas partes. Es una mujer enfadada capaz de salir a destrozar la imagen de otra mujer a la que ve como una rival'".