El Palacio Real de Madrid siempre es un escenario que merece un look de altura. Sus salones y comedores, llenos de historia, piden a las personas que lo visitan, sea la razón que sea, que estén al mismo nivel. Por eso se elige siempre, o casi siempre, para recibir a los mandatarios que visitan nuestro país o para las citas importantes, ya que impresiona.
Los Reyes han abierto sus salones al presidente de la República de Paraguay, Mario Abdo Benítez (50 años) y su esposa, la primera dama Silvana López Moreira (48) para ofrecerles un almuerzo en su honor, con motivo de su visita de Estado a nuestro país.
Parece que esta semana Letizia (50) quiere sorprendernos y este jueves, 3 de noviembre, ha vuelto a dejarnos sin palabras al elegir un vestido que ya había visto, pero no en su cuerpo, sino en el de una de sus hijas, esta vez en la infanta Sofía (15).
[La inexplicable falda de la reina Letizia con agujero a la altura de la rodilla]
Se trata de un vestido vaporoso, en color blanco roto, de corte camisero y corte midi. Lleva manga larga ligeramente abullonada gracias a los puños cerrados, unas elegantes tablas en la zona del pecho y un cinturón a modo de fajín terminado en un lazo, lo que hace que marque bien la cintura; una obsesión para nuestra Reina. El gran protagonista del look está firmado por Carolina Herrera.
La hija menor de los Reyes eligió este mismo diseño durante la recepción a los premiados de los galardones Princesa de Asturias en la edición del año pasado. Hay mucha diferencia de cómo le quedaba a la niña, que entonces tenía cuerpo infantil a sus 14 años, a cómo le sienta a Letizia, mucho más ajustado, por lo luce mucho más.
El diseño, que está estampado con pequeños topos negros, tenía un precio de casi 700 euros la temporada pasada, aunque ahora ya no está a la venta. Para combinarlo, la Reina ha vuelto a elegir los mismos tacones que lució este pasado miércoles, 2 de noviembre, en Tudela, Navarra. Puede ser que este modelo de zapato le resulte cómodo y menos doloroso que los demás, y es capaz de soportarlo durante más tiempo.
Se trata de unos salones firmados por Magrit, que imitan la piel de cocodrilo e incorporan un gracioso lacito en la puntera. Al ir en color negro hacen juego con los pequeños lunares del vestido de Carolina Herrera, una de sus diseñadoras fetiche.
La esposa de Felipe VI (54) ha vuelto a lucir la melena suelta, pensando en el escenario y motivo del almuerzo de este jueves, habíamos imaginado que iba a elegir un recogido, pero ha preferido dejarse el pelo a su aire. Aún así, se podían ver claramente los pendientes de perlas australianas que ha lucido, una pieza que lleva muchos años en su joyero y que siempre es un acierto para nosotros. Además, no faltaba el anillo de Karem Hallan.