Entre posados y entrevistas, también hay tiempo para causas importantes. Meghan Markle (41 años) se ha volcado en la organización de la cena benéfica de la asociación Women's Fund de Indiana, con el fin de recaudar fondos para las mujeres desfavorecidas. La cita permite compartir velada con la duquesa de Sussex, haciendo una generosa aportación económica. Los tickets para poder asistir se venden a partir de 5.000 euros para reservar una mesa de diez comensales en el Indianapolis Downtown Marriott de la ciudad.
La organización lo anunciaba en sus redes sociales con un mensaje en el que definían a su ilustre invitada: "Women's Fund se enorgullece de dar la bienvenida a Meghan a Indianápolis. La duquesa es madre, feminista y defensora de los derechos humanos". La fecha elegida para el evento es el próximo 29 de noviembre y la esposa del príncipe Harry (38) tendrá que coger un vuelo para recorrer los más de 3.000 kilómetros que hay entre su mansión de Santa Bárbara y su destino.
En principio, se espera que viaje sola, sin su marido, que se quedará al cuidado de los niños. Markle continúa muy volcada en sus causas solidarias y ésta es muy significativa porque está destinada a las mujeres. No estará sola, Sandy Sasso, la primera mujer ordenada rabina por el movimiento Reconstruccionista y una aclamada escritora, servirá como moderadora.
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Todos los asistentes, incluida la duquesa, tendrán que presentar una prueba negativa de Covid-19 para poder entrar en la cena y está prohibido el uso de teléfonos móviles. También es un evento cerrado a los medios de comunicación como especifican en la web de Women's Fund. Sin duda, tener la oportunidad de compartir una noche solidaria con la nuera del rey Carlos III (73) es un gran reclamo.
Sus últimas declaraciones
Los pasados días han sido especialmente movidos para Meghan después de la nueva entrevista que ha concedido a la revista Variety, en la que habla, entre otras cosas, de cómo se las arregla para conciliar el trabajo con la vida familiar. "Compartimos una oficina. Trabajamos desde casa, como la mayoría de la gente comenzó a hacer durante el encierro. Esto nos permite pasar un tiempo significativo con nuestros hijos en este momento realmente especial de sus vidas. Nunca recuperaremos este tiempo".
Los duques de Sussex se encuentran muy cómodos en California y sus visitas a Inglaterra son escasas, debido, entre otras cosas, a la tensa relación que mantienen con los Windsor. Esto hace que sus pequeños Archie (3) y Lili (1) tengan muy poco contacto tanto con su abuelo como con sus tíos y primos. Aún así, el rey de Inglaterra ya expresó en sus primeros momentos como monarca el profundo amor que siente por ellos.
Mientras, no paran de salir a la luz datos sobre la relación que tenía Harry con su abuela, Isabel II. Al parecer, la fallecida soberana se negó a prestarle una joya familiar a Meghan para que la luciera en su boda, lo que provocó el enfado de su nieto. Esta anécdota forma parte de un nuevo libro del biógrafo real Robert Lacey, titulado Battle of Brothers.