Fin a una de las semanas más intensas de la reina Letizia en mucho tiempo. El pasado jueves, día 15 de septiembre, Su Majestad cumplió 50 flamantes años. El viernes asistió, espléndida, a un concierto junto al rey Felipe VI (54), donde fue felicitada por los presentes e incluso recibió como regalo el Cumpleaños Feliz tocado por la Orquesta Nacional.
El domingo y el lunes representó a España en el funeral de Estado de la reina Isabel II en Londres, y desde el martes está en Nueva York. Allí ha presidido varios actos dando visibilidad a problemas tan relevantes como la salud mental, de la mano de UNICEF, y el cáncer, en el marco del Día Mundial de Investigación contra esta enfermedad.
Este asunto tan importante para la Reina, al que brinda absoluta prioridad en su agenda institucional, fue tratado en el Instituto Cervantes de la ciudad que nunca duerme. A su llegada, la gran sorpresa. A las puertas del lugar la esperaba Santiago Cabanas (68), el embajador de España en Estados Unidos desde 2018, al que saludó con la siguiente frase: "Dame la mano como a un hombre".
No era este el primer encuentro entre la reina Letizia y el diplomático, con quien parece mantener una muy buena relación, habida cuenta del curioso saludo en La Gran Manzana. El pasado mes de junio, en la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, Su Majestad y la primera dama de América, Jill Biden (71), realizaron una vista a las instalaciones de la Asociación Española Contra el Cáncer de la capital para conocer el trabajo multidisciplinar e integral de la entidad que hace frente a la enfermedad desde la prevención y detección precoz. Junto a ellas también estaba Santiago Cabanas.
Letizia y el apretón de manos
Desde que Letizia llegase al Palacio de La Zarzuela, a finales del año 2003, mucho se ha hablado de la forma en la que saluda. Tanto es así que, durante un tiempo, se afirmó que la Reina había dejado de utilizar su alianza de matrimonio porque en los besamanos acababa con las falanges dañadas de tanto apretar. Más tarde llegó el anillo de Karen Hallan, regalo de sus hijas, las infantas Leonor (16) y Sofía (15), y como toda madre, deseosa por complacer a sus pequeñas, lo usa, aunque lo va cambiando de dedo.
La pandemia de coronavirus también ha evitado que Letizia haya dado en exceso la mano a las personas con las que se reúne porque, de hecho, se exigía una distancia social de metro y medio para evitar los contagios y la propagación del virus que tantas vidas por delante se ha llevado.
En 2014, cuando Letizia ascendió al trono junto a Felipe VI, Federico Jiménez Losantos (71) observó y apuntó que la Reina no lanzaba la mano antes que sus invitados. "Hay que convencer a la Reina de dar la mano, que no se la den", aseguró, en relación con esta cuestión de protocolo. En la tertulia, la periodista Beatriz Cortázar (59), que estaba presente, recordó haber dado la mano a Letizia en alguna ocasión y aclaró que la da tan fuerte que "te la espachurra".
Dar la mano, según en qué ambientes, requiere de una técnica especial. Letizia tiene que lanzar su mano antes que sus invitados, hacerlo siempre después del Rey -si preside el acto con él-, y no apretar demasiado. Este último detalle, a tenor de la frase pronunciada -"dame la mano como a un hombre"- parece ser un aspecto del protocolo que Letizia no teme saltarse. En su lugar, con su fuerza en la mano derecha, la Reina opta por transmitir su energía congénita y su impronta a todo aquel a quien saluda.