La enfermedad de la reina Letizia que padece a causa del excesivo uso de zapatos de tacón alto
La esposa de Felipe VI sufre una dolencia crónica de los pies que le produce dolores y que le ha obligado a llevar más calzado plano últimamente.
3 septiembre, 2022 03:06Desde que entrase a formar parte de la Familia Real, cada aparición pública de Letizia (49 años) ha sido analizada de forma pormenorizada. Un claro ejemplo de ello es el vestuario elegido para cada aparición pública, un asunto que en los últimos días ha cobrado un interés mayor, pero por un asunto bien diferente que está relacionado más con la salud que con las tendencias.
Con motivo de la inminente celebración de su 50 cumpleaños, esta semana hemos conocido varios aspectos destacados de su vida que hasta ahora no eran de dominio público. Por ejemplo, que la reina "aborrece" llevar zapatos de tacón, entre otras cuestiones porque este tipo de calzado le ha dejado una consecuencia muy dolorosa: metatarsalgia crónica.
Pese a ello, lo habitual es que los luzca, aunque trata de hacerlos más cómodos añadiendo una media suela en la parte delantera. El truco era de sobre conocido, pero es ahora cuando se conoce el verdadero motivo que la ha llevado a transformar las piezas más altas de su zapatero: mitigar el dolor y que sus pies sufran menos.
La definición de esta dolencia no es ajena para una parte importante de la población que también lo padece. Según datos ofrecidos por la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), este problema crónico afecta a un 75% de las mujeres en España.
Pero ¿qué es exactamente la metatarsalgia crónica?
Los especialistas lo definen como un dolor que aparece en la parte delantera del pie y que toma su nombre de los metatarsianos, los huesos que conectan el tobillo con los dedos de estas extremidades. A partir de este área de influencia, el paciente suele experimentar más dolor al realizar movimientos, ya sea caminando o corriendo, especialmente con un tipo de calzado donde el pie no encuentre mucha comodidad. Es decir, los tacones no son lo más adecuado.
Entre las causas más comunes, los podólogos destacan la realización muy continuada de ejercicios que impliquen saltos o algún tipo de carrera, aunque también apuntan a la incidencia directa que tienen las deformidades congénitas del pie, incluyendo posibles pequeñas fracturas por fatiga, y el uso de un calzado que obligue a llevar el pie demasiado ajustado o inclinado. Tampoco conviene perder de vista otra serie de factores, como la edad del paciente o si este padece sobrepeso.
En función del origen del problema se diferencia entre metatarsalgia primaria y secundaria, dependiendo de si la causa tiene que ver propiamente con el pie o, en cambio, se debe a alguna otra dolencia. En este sentido, es importante apuntar que la artritis, los problemas de gota e incluso la diabetes pueden acabar desembocando en diagnósticos como este.
Entre la sintomatología más común se encuentra el dolor agudo en la parte anterior en la planta del pie, una molestia que muchos pacientes comparan con la incomodidad de pisar una piedra. También se puede producir hinchazón en la zona. A esto hay que añadir las durezas que se crean en la planta del pie, siendo recomendable visitar al especialista con cierta frecuencia en estos casos, ya que son un indicador de que se ha generado un callo.
Sobre el tratamiento, el primer paso es realizar un estudio para establecer un diagnóstico real y fiable y, además, conocer el origen de la dolencia, ya que ello puede implicar que la solución pase por medidas como el cambio de calzado o la pérdida de peso del paciente. En el caso de la reina intentar llevar zapatos con menos tacón ayudaría. Este verano, de hecho, ha paseado por Palma con alpargatas y también ha llevado sandalias planas, un alivio para su metatarsalgia.
Sea como fuere, el tratamiento conservador es la medida más recomendada por los médicos, con ejemplos como el uso de plantillas específicas o tratamientos encaminados a paliar el dolor, ya sea a través de antinflamatorios o cuidados de fisioterapia. Solo en los casos más extremos y cuando la metatarsalgia viene derivada por una deformidad en el pie se opta por el tratamiento quirúrgico.