A través de un comunicado, la Casa Imperial nipona ha informado de un nuevo problema de salud de la emperatriz emérita, Michiko (87 años), esposa del antiguo emperador Akihito (88). En una revisión, los médicos le han detectado una trombosis venosa profunda (TVP) por la que ha necesitado acudir este viernes 26 de agosto a una revisión exhaustiva.
El objeto de este examen es conocer el estado del coágulo, que se le detectó por primera vez la semana pasada. A falta de conocer los resultados y el tratamiento, la emperatriz no está bajo ningún tratamiento específico. Es más, su rutina está centrada en beber mucha agua y hacer ejercicio, lo que incluye pasear por las mañanas y las tardes.
Por el momento, Michiko se encuentra "bien y tranquila" y permanece en su casa, la residencia imperial de Akasaka, en Tokio, y consciente de que hay que estudiar el coágulo y vigilar su evolución. La TVP no necesariamente provoca síntomas o malestar, aunque puede deparar hinchazón e incomodidad en la zona afectada, y se puede tratar con medicamentos y medias de compresión.
En los casos más graves es necesaria la cirugía para extirparlo, ya que el principal problema potencial del TVP es la posibilidad de que parte del coágulo acabe viajando por el torrente sanguíneo y provocando una embolia pulmonar. De momento, la salud de la madre del emperador Naruhito (62) no corre peligro, de ahí la tranquilidad.
En diciembre de 2019, la salud de Michiko hizo saltar las alarmas después de que la Agencia Imperial comunicara que sufrió vómitos con sangre durante varios meses. Por fortuna, gracias a un tratamiento farmacológico la situación fue revertida. Sobre la causa, los médicos concluyeron que podría haberse debido al estrés al que se vio sometida en el último año, con la abdicación de su esposo Akihito. Sin embargo, su entorno se mostró preocupado porque estos problemas de salud se sumaban a su avanzada edad y a la notable pérdida de peso que experimentó.
Salud delicada
Este año 2022 se ha tornado complicado para los emperadores eméritos en lo que a salud se refiere. Hace justo un mes, el 26 de julio, se conoció que Akihito había sido diagnosticado de una insuficiencia cardiaca por la que ha tenido que recibir tratamiento médico. Al igual que su mujer, pese a todo, no necesitó ser hospitalizado y tan solo recibió una prescripción ambulatoria para mejorar.
Akihito abdicó a favor de su primogénito el 30 de abril de 2019 debido a la preocupación por su avanzada edad y su deterioro de salud. Desde entonces, ha permanecido en un segundo plano, aunque ha reaparecido en diversas ocasiones junto a su hijo. Una de las últimas fue, durante el tradicional saludo de Año Nuevo de 2020 desde el balcón del palacio imperial.
Akihito fue diagnosticado de una angina hace 10 años y se sometió a una operación coronaria de "bypass", y en 2003 a otra intervención quirúrgica por un cáncer de próstata.
En 2008, también sufrió una hemorragia estomacal, la misma enfermedad que en 1989 se cobró la vida de su padre, Hirohito, quien tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial en 1945 renunció al carácter divino que caracterizaba a su puesto.