Las celebraciones del Jubileo de Platino continúan con uno de los homenajes más especiales que se le han rendido a la soberana británica y que todo el mundo puede contemplar en primera persona. El viernes 22 de julio abre sus puertas la exposición que muestra los retratos oficiales de Isabel II (96 años) en su juventud y también sus joyas más espectaculares. Lleva por título Ascenso al trono de la Reina, se aloja en el Salón de Estado del palacio de Buckingham y estará abierta al público hasta el 2 de octubre, con un precio de 35,20 euros la entrada.
A través de las fotografías tomadas por Dorothy Wilding, la primera mujer que se encargó de retratar a la realeza, se puede admirar la increíble belleza de la que es hasta ahora la monarca más longeva. Tiene un cierto aire hollywoodiense, siempre exquisitamente peinada con sus ondas al agua y recogidos elegantes sobre los que portar la corona que lleva 70 años luciendo.
La primera fue tomada en 1952, sólo unos días después de que Lilibet, como siempre la llamó su familia, ocupara el puesto como jefa del estado, a los 25 años. Para su debut en los posados oficiales eligió un vestido de noche de cuello barco de Norman Hartnell, que fue durante mucho tiempo su modisto de cabecera en la corte. Encima, la insignia de la Orden de la Jarretera.
Ésta es una de las imágenes que abren la exposición y junto a ella se muestran las joyas que Isabel II luce en ella. En primer lugar, la diadema de diamantes que se creó para la coronación del rey Jorge IV en 1821, con 1.333 diamantes de talla brillante y bordes de perlas con cuatro cruces. Destaca el impresionante collar de diamantes, que fue entregado a la entonces princesa Isabel como regalo de bodas en 1947 por parte del gobernante de Hyderabad. Isabel II lo ha seguido usando en muchas ocasiones durante su reinado y también se lo ha prestado a la duquesa de Cambridge. En cuanto al brazalete de diamantes, fue un obsequio nupcial del duque de Edimburgo.
También se exhiben otras piezas de joyería imponentes como The Girls of Great Britain and Ireland Tiara, que fue un regalo de bodas para la princesa Victoria María de Teck, más tarde la reina María, con motivo de su matrimonio con el futuro rey Jorge V, en 1893. Posteriormente pasaría a manos de la madre de Carlos de Inglaterra (73) y es muy especial para ella porque la lució en su matrimonio con el príncipe Felipe el 20 de noviembre de 1947.
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Los retratos, la mayoría en blanco y negro recuerdan los años de juventud de la soberana y en ellos puede admirarse no sólo su lado más regio también algunas imágenes no tan protocolarias, sin corona, y haciendo gala de un impecable estilo según las tendencias de la época. Isabel II siempre ha tenido una piel de porcelana y se ha cuidado mucho (sigue haciéndolo): nunca sale de casa sin protección solar y se ayuda de sombreros para proteger su piel del sol, lleva una dieta equilibrada y su crema hidratante preferida es de una marca británica, Cyclas, y se llama 'Milk of Roses'.