A nivel mediático, quizás los focos suelan centrarse más en el príncipe Harry (37 años) y Meghan Markle (40), pero si hay una familia real en el concierto internacional con gran tirón esa es, sin duda, la británica y, por ello, los pasos que dan Guillermo de Inglaterra (40) y su esposa, Kate Middleton (40) tampoco pasan desapercibidos.
Lo último que ha trascendido es el primer retrato oficial en el que aparecen juntos, una instantánea que ha servido para analizar con detalle el look que lucía para la ocasión la duquesa de Cambridge, justo pocas semanas después de uno de los eventos de más glamour en todo Reino Unido: el Royal Ascot, una prueba donde las carreras de caballos son una mera excusa para lucir grandes pamelas y trajes de etiqueta.
¿Qué une a la familia real británica con ese evento? Además de ser una de las citas a las que, por supuesto, no suelen faltar sus distinguidos miembros también ha servido de contexto para explicar un problema de salud de Kate Middleton: padece alergia a los caballos.
Problema serio
Aunque recientemente se ha especulado con la posibilidad de que la duquesa de Cambridge realmente no sufriera esta alergia, argumentando que la verdadera razón por la que no monta a caballo se encuentra en su falta de formación hípica, lo cierto es que un medio inglés se hacía eco años atrás de las declaraciones de un amigo suyo: "Kate ha buscado consejo médico, está dispuesta a superarlo", aseguraba esa fuente.
Se da la circunstancia de que en los últimos años se están encontrando más casos de personas que padecen una reacción alérgica cuando entran en contacto con pequeñas partículas de la caspa o la orina de algunos animales, fundamentalmente de los domésticos, como perros y gatos. Como cualquier episodio alérgico, el paciente debe tener especial cuidado, toda vez que puede desembocar en un cuadro de asma, urticaria o rinoconjuntivitis, aunque, sin duda, los problemas de salud más serios están relacionados con el sistema respiratorio.
Para este problema de salud, como muchos otros, se antoja fundamental un diagnóstico correcto, ya que puede ser especialmente complejo encontrar el origen real de esta afección, y no confundirla con la alergia con otros elementos muy presentes en los establos de caballos, como puede ser el polen. De hecho, muchos de los pacientes presentan los síntomas en espacios donde ni siquiera hay, en ese momento, un equino, ya que, tal y como comentábamos en líneas anteriores, la reacción suele venir dada por partes del pelo del animal que pueden estar depositadas en este espacio.
Una vez llegado al diagnóstico real, los tratamientos por los que se suelen optar son diversos. Uno de los que se ha mostrado más eficiente es la inmunoterapia, es decir, la administración de una vacuna ad hoc que favorece la adaptación del organismo a la convivencia con alérgenos equinos.
En otros casos también se suelen administrar antihistamínicos, aunque no tienen un efecto de prevención, sino que suelen actuar sobre los síntomas de esta alergia. Un tratamiento similar es el que tiene que ver con los inhaladores, una solución eficaz para pacientes con problemas respiratorios, como los asmáticos.