"Nos conocimos cuando teníamos 15 años. En 1961 nos hicimos novios y nos casamos en el 62. Pero eso del príncipe azul... son cuentos de hadas. Cuentos de niños, yo creo". Así hablaba la reina Sofía (83 años) sobre su esposo, el rey Juan Carlos (84), en una entrevista que concedió en 1988 y que ahora recupera el documental de ATRESplayer Premium, Los Borbones: una familia real.

Y puede que las palabras de la consorte del jefe del Estado entonces carecieran de sentido para la mayoría de españoles, que quizá vieron en esa frase de la Reina un gesto de cercanía con el pueblo y con la manera en que la mayoría de parejas se relaciona. Pero lo cierto es que tras esa manifestación yacía uno de los dolores más profundos que puede sentir una persona: el del engaño intencionado de su razón de amor. 

Hacía ya lustros que Sofía se sabía engañada por Juan Carlos. El tercer capítulo de esta docuserie, Los Borbones y las mujeres, da una fecha clave, 1973, cuando Felipe de Borbón (54), hoy rey de España, tenía sólo cinco años. Desde entonces y hasta hoy Juan Carlos y Sofía hacen vidas separadas. Una máxima que después confirmó Corinna Larsen (58), novia del emérito durante una década, en una entrevista con Okdiario.

En 1991, el entonces jefe de los servicios secretos, Emilio Alonso Manglano, anotó en sus cuadernos privados que "el ambiente en la Casa Real" estaba "enrarecido". La infanta Cristina (58) expresaba en sus reuniones íntimas que cada vez era más difícil soportar la tensión entre sus padres. Fue ahí cuando Juan Carlos y Sofía decidieron acudir juntos a una psicóloga para hacer terapia de pareja y no sólo no funcionó, sino que salió muy mal.

La compleja situación emocional del matrimonio real afectó especialmente al pequeño de la casa, Felipe, que siempre estuvo muy unido a su madre. El príncipe de Asturias veía que la Reina estaba sola y observa, además, que públicamente cada vez era más notoria la separación física de sus padres. Incluso llegó a escuchar cómo en las calles se hablaba de "una amante mallorquina", Marta Gayá (74), y otras muchas mujeres. 

A ojos de toda España, y con la complicidad de la prensa, los políticos y las instituciones, que siempre callaron las infidelidades de Juan Carlos, la Familia Real era una familia feliz. Y Sofía y Juan Carlos, un matrimonio ejemplar. 

La Familia Real existía, la familia de verdad, estaba destruida. En el palacio de La Zarzuela había, incluso, una división física, una puerta con una llave que separaba la estancia de Juan Carlos de la de Sofía. No eran dos, tres ni cuatro las mujeres con las que se encaprichó el monarca y de las que tuvo constancia, para su desgracia, la Reina.

Desvela el documental que poco después de la muerte de Franco, en 1975, la emérita caza in fraganti a Juan Carlos con "una actriz muy guapa y famosa entonces, que cantaba cuplés". En ese momento, Sofía huye a India, con sus tres hijos, a ver a su madre, la reina Federica. Y esta le da un consejo que jamás olvidará.

"A una princesa o a una reina, su marido nunca la engaña. Y si la engaña, nunca se entera. Tu sitio es Madrid, la Zarzuela, así que no deshagas la maleta y vuelve". Sofía regresó, pero su matrimonio, como su confianza, ya estaba roto en mil pedazos. La Corona está por encima de todo, incluso por encima de los propios reyes.

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