"Señalar con el dedo nunca es educado y estar junto al emir de Qatar puede poner este gesto más en evidencia todavía". Así habla a EL ESPAÑOL Amparo Torres Menéndez, consultora de Comunicación y profesora de Protocolo Institucional y Comunicación Corporativa en la Universidad de Nebrija, tras el último gesto de la reina Letizia (49).
La cena de gala ofrecida por los Reyes al emir de Qatar, Sheikh Tamim Bin Hamad Al Thani (41), y su esposa, Sheikha Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani, ha dejado, como era de esperar, momentos para el recuerdo. Tras el tradicional posado y el besamanos de las autoridades en el Salón del Trono, ya dispuestos en la extensa mesa del Gran Salón, Letizia extiende su dedo índice para explicar al mandatario árabe algo inaudible.
Pero ¿qué dice el protocolo en relación a estos ademanes de Letizia? "El protocolo se ajusta a los tiempos, a la naturalidad y a la espontaneidad aunque sean autoridades. Hay que verlo en el contexto. Quizá haya sido cuestión de un segundo. No es educado ni adecuado señalar con el dedo, pero no quiero tampoco demonizar a la Reina", añade Amparo Torres.
Y continúa: "La naturalidad, la autenticidad, siempre, por supuesto, con educación es la línea en la que está evolucionando el protocolo. Por supuesto, teniendo en cuenta a quién tienes delante, que es una cultura muy distinta y a la que hay que respetar, como a todas. Pero la cultura árabe es especialmente compleja. Hay que tener en cuenta sus necesidades. Desde el punto de vista del protocolo, esa imagen no es muy afortunada, pero si nos ponen una lupa a todos en cada gesto de nuestras actividades diarias seguro que no hay nadie que no meta la pata. Somos seres humanos".
"Es un gesto natural y espontáneo. Hay que ser uno mismo. Y si ese gesto en su contexto está suavizado por otros gestos más educados, quizá funciona. También es a lo que se arriesgan los personajes públicos, a que estos pequeños gestos desafortunados se viralicen y salgan a la luz. Hay que tener en cuenta la personalidad de la Reina, que tampoco es bueno que la pierda. Hay que dejar una huella personal, siempre y cuando no se salga de contexto. El protocolo no es rígido: va de armonía, elegancia y equilibrio", concluye la experta consultada por este periódico.
En la misma línea se encuentra Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo: "El protocolo no habla de gestos. Se refiere a gestos en el saludo, en la cubertería, ahí sí, pero en este caso hablamos de comunicación no verbal. Letizia siempre ha gesticulado mucho. Cuando empezó en la televisión, Pedro Erquicia le decía que no moviese tanto las manos, algo que mejoró con el paso del tiempo".
"En este caso, junto al emir, yo creo que es un tema de idioma. Seguramente Su Majestad esté hablando en inglés, una lengua que no manejaba de manera fluida al principio y que perfeccionó. Quizá ese gesto sea para reforzar su mensaje. No me parece reprochable ni fuera de tono. Estaría fuera de tono que el emir se aburriese porque la Reina no le habla en toda la cena", apunta, rotunda Fernández.
La ausencia de tiara
Los seguidores del estilo de Letizia, los fervientes amantes de la moda y la alta joyería, esperaban como agua de -este mes de- mayo que la soberana desempolvase alguna de las impresionantes tiaras que atesora en el joyero de pasar.
La Reina sacó, no obstante, el resto de la artillería pesada, excepto esa en concreto. No hubo tiara ni tampoco banda de la orden de Carlos III, pero sí que estrenó vestido de alta costura -firmado por el argentino Gabriel Lage- y pendientes cuajados de brillantes, regalo del emir de Qatar. Respecto a la tiara... ¿error o acierto dentro del protocolo?
"El protocolo no exige nada, el protocolo recomienda. Para las personas que trabajamos en esto es muy importante ese apunte. Y en este caso, el uso o no uso de tiara ni siquiera es una recomendación protocolaria: es una tradición de la Familia Real española", comienza relatando Marina Fernández tras la consulta de este periódico.
Y prosigue: "En las cenas de Estado, las damas de la realeza española lucen las joyas que pertenecen a la familia. Letizia no se está saltando el protocolo por no ponerse la tiara. De hecho, en este caso concreto, recibiendo a los qataríes, no estaba desoyendo tampoco a la tradición. Cuando se recibe a jefes de Estado de origen árabe, la tradición es que la Reina no lleve tiara porque sus homólogas suelen ir tocadas con un velo".
"Para que esa diferencia no sea tan fehaciente y quede equilibrada, que, en el fondo, ese es el objetivo del evento -mostrar las buenas relaciones entre ambos países- Letizia ha optado por no llevar tiara en un gesto de buena anfitriona hacia las personas que recibe. Sólo hay que echar un poco la vista atrás. En 2011, vinieron el antiguo emir de Catar junto a la entonces jequesa y fueron recibidos por los reyes Juan Carlos y Sofía y por los príncipes de Asturias. Ahí ni doña Sofía ni doña Letizia llevaron tiara", concluye.
[Más información: La sorpresa de Letizia en la cena de gala de Qatar: sin tiara, pero con un espectacular vestido joya]
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