Menos de veinticuatro horas después de su intervención de urgencia, el rey de Jordania, Abdalá II (60 años), se encuentra bien. Así lo asegura la Casa Real del país árabe, que ha informado en un comunicado que el monarca fue intervenido este martes 12 de abril de una operación de hernia discal en Alemania, territorio al que se tuvo que trasladar de urgencia para ser operado.
"Por consejo médico profesional, tras la operación, que tuvo lugar en un hospital especializado en Frankfurt, le seguirá un periodo de reposo antes de que el rey Abdalá regrese a Jordania", se añade en el texto.
La operación había sido anunciada el pasado sábado, cuando la Casa Real anunció que el monarca partiría el domingo a Alemania para tratarse de manera urgente unos dolores de columna que venía padeciendo desde la época en que sirvió en las fuerzas especiales del Ejército jordano y que se habían agudizado en los últimos tiempos.
Si bien en su país natal hay grandes profesionales, sus médicos le aconsejaron viajar hasta la ciudad alemana, donde hay un centro especializado. Allí permanecerá durante al menos una semana recuperándose antes de regresar a Jordania.
Según la información revelada entonces, estaba previsto que el periodo de recuperación durara una semana. En palacio le esperan su mujer, Rania de Jordania (51) y su hijo mayor, el príncipe Al Hussein (27). El heredero al trono está actuando como regente en su ausencia y sustituirlo en los asuntos que requieran de su presencia. Sin duda, una prueba importante de cara al futuro pues desde que es niño, el joven ha recibido una firme educación y formación para ocupar algún día el puesto de su progenitor al frente del país árabe, uno de los más estables.
El último año ha sido especialmente complicado para el monarca de Jordania, que ha tenido que hacer frente a un complot palaciego y revelaciones periodísticas sobre la ingente fortuna real.
En los pasados meses de octubre y febrero, Abdalá apareció, entre otros muchos personajes internacionales, en sendas investigaciones periodísticas a partir de filtraciones que le atribuían enormes cantidades de dinero depositadas en cuentas ocultas en Suiza y propiedades inmobiliarias en Estados Unidos y Reino Unido por un valor de más de cien millones de dólares.
Unas informaciones que fueron calificadas de "inexactas", "deformadas" y "exageradas" por la Casa Real y que llegaron en medio de un creciente descontento entre la población jordana por la implementación en los últimos años de medidas de austeridad por un programa de ayudas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por otro lado, hace un año las autoridades hachemitas desmantelaron un caso de "sedición" encabezado por el Hamzah bin Husein, exheredero a la Corona y hermanastro de Abdalá, que el pasado 5 de abril volvió a reaparecer en público para hacer un comunicado. A través de su perfil de Twitter, el jordano anunció su renuncia a su título de príncipe a modo de protesta. Según dijo, sus "convicciones personales" y principios heredados de su padre "no son coherentes con el método, las directrices y el estilo moderno" de las instituciones jordanas.
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