El príncipe Harry de Inglaterra (38 años) ha tomado acciones legales contra la decisión del Gobierno británico de retirarle la protección policial cuando está en el Reino Unido, y de no permitirle pagar personalmente por ella.
Según el representante legal de Harry, citado por el diario Daily Telegraph, el duque de Sussex -nieto de la reina Isabel II (95)- no se siente seguro en el Reino Unido y, por tanto, "no puede volver a su hogar" junto a su mujer, Meghan Markle (40), y sus hijos, Archie y Lilibet.
En el verano del año pasado, el coche en que viajaba el príncipe fue perseguido por fotógrafos cuando salía de un evento benéfico. A los duques de Sussex se les retiró la escolta policial de la que gozaban en el país durante las 24 horas del día hace dos años, cuando renunciaron a sus obligaciones reales y a la financiación pública.
Por ello, el Príncipe propuso al Gobierno británico costear él mismo de su bolsillo esa protección por la policía, algo a lo que el Ministerio del Interior se ha negado. En su acción judicial, el duque de Sussex arguye que su equipo de protección privada en Estados Unidos carece de "jurisdicción" en el extranjero ni tampoco puede acceder a la información de inteligencia necesaria para ello.
"El Reino Unido siempre será el hogar del príncipe Harry y un país en el que quiere que su mujer y sus hijos se sientan seguros. Con la falta de protección policial, existe un riesgo demasiado grande", ha explicado su representante legal. A juicio de su abogado, el equipo de seguridad de los duques de Sussex en EE.UU. "no puede reproducir la necesaria protección policial que se necesita mientras están en el Reino Unido".
El príncipe Harry -afincado junto a su familia en California desde 2020- siempre se ha mostrado en sus declaraciones públicas muy preocupado por el riesgo que sufre su familia en el Reino Unido y acusa directamente a la persecución de la prensa de haber propiciado los problemas que sufrió su difunta madre, Diana de Gales.
Los duques, dos años después
En los últimos dos años y, sobre todo, en los meses recientes, el nieto de la reina Isabel II y Markle han protagonizado un sinfín de polémicas. Tras el Megxit han sido pocos los triunfos y varios de sus proyectos no han tenido el éxito esperado.
Una de las primeras controversias que se generó en torno a Meghan y Harry tras abandonar la Casa Real fue, precisamente, el gasto que implicaba su seguridad. En Londres, algunos parlamentarios expresaron que el Gobierno no era responsable de sus costes. Debido a que su primera parada fue Canadá, el primer ministro del mencionado país, Justin Trudeau (50), también se mostró reacio a que los canadienses pagaran la protección de los duques de Sussex.
Meses después, a los debates que generó su mudanza a Estados Unidos, se sumó una nueva polémica: la publicación de Finding Freedom, una biografía a la venta desde agosto de 2020.
Aunque la pareja explicó que el libro "está basado en las experiencias de sus autores como miembros del grupo de corresponsales de la realeza" y que ellos no contribuyeron en la realización del texto, ambos estuvieron en el centro de las críticas por los hechos que allí se mencionan.
La obra expone que Meghan y Harry se sentían "utilizados por su popularidad", "criticados dentro de la institución por ser demasiado susceptibles y francos" y "acosados por la prensa".
Pero a pesar de sus fuertes reproches contra los medios, en este tiempo alejados del Palacio de Buckingham la pareja ha ofrecido una serie de declaraciones públicas que han puesto en entredicho a diferentes miembros de la monarquía. La más sonada, en marzo de 2020.
En una entrevista con Oprah Winfrey (67), Meghan y Harry hicieron unas impresionantes acusaciones. La protagonista de Suits, sin decir nombres, catalogó de racista a algunos miembros de la Corona. Además, confesó que en su paso por la realeza tuvo intenciones de quitarse la vida y aseguró que su cuñada, Kate Middleton (39), la hizo llorar poco antes de su boda.
El príncipe Harry también dejó sin palabras a la audiencia con sus desgarradores testimonios sobre su familia. Desveló que no ha sentido el apoyo de su padre, Carlos de Inglaterra (73), y que se ha distanciado de su hermano, el príncipe Guillermo (39). Aunque en estos últimos dos años se ha mostrado cercana con veteranas presentadoras -primero con Oprah y después Ellen DeGeneres (63)-, Meghan Markle no ha dejado a un lado sus batallas con los medios británicos.
Los duques de Sussex, además, han fallado en algunos de sus proyectos. Recientemente, se cumplió un año de haber firmado un contrato de 30 millones de dólares con Spotify para desarrollar un pódcast que contaría con varios episodios. Hasta ahora no han subido más que un capítulo de bienvenida en diciembre de 2020. Tampoco han continuado con las redes sociales que crearon después de abandonar la Casa Real.
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