Continúa la preocupación por la reina Isabel II (95 años) tras haber cancelado este domingo 14 de noviembre el que iba a ser su primer acto público después de varias semanas de reposo por consejo médico. Lo cierto es que la monarca ha generado en las últimas semanas gran inquietud por su estado de salud. El pasado 20 de octubre tras cancelar un viaje previsto por recomendación médica, la monarca pasó una noche en el hospital para someterse a "exámenes preliminares" de los que no se desvelaron mayores detalles. Desde el Palacio de Buckingham, únicamente se limitaron a señalar, en un breve comunicado, que la soberana seguía con "buen ánimo" y que regresaría al castillo de Windsor, donde reside desde hace varios meses.
Lo último que se conocía de la monarca es que se trasladó días atrás a Sandringham, un refugio especial donde ella y su marido, el duque de Edimburgo, vivieron momentos inolvidable, para continuar su convalecencia. No obstante, este domingo la Reina iba a volver a la vida pública, acudiendo a su primer acto oficial. Todo hacía indicar que la soberana asistiría a un servicio oficial en recuerdo por los caídos en combate. Pero un nuevo revés de salud lo ha impedido.
En la mañana de este domingo, el Palacio de Buckingham ha anunciado que la monarca no podrá asistir debido a una lesión en la espalda: "La Reina, tras sufrir un esguince de espalda, ha decidido esta mañana, con gran pesar, que no podrá asistir al Servicio del Domingo del Recuerdo de hoy en el Cenotafio. Su Majestad está decepcionada por no poder asistir al servicio".
En esa línea, se explica quién sustituirá a la monarca: "Como en años anteriores, el príncipe de Gales (73) depositará una corona de flores en nombre de Su Majestad. Su Alteza Real, junto con la duquesa de Cornualles (74), el duque y la Duquesa de Cambridge, el Conde y la Condesa de Wessex, la Princesa Real y el Vicealmirante Sir Tim Laurence, el Duque y la Duquesa de Gloucester, el Duque de Kent y la Princesa Alexandra estarán presentes hoy en el Cenotafio como estaba previsto".
Antes de este imprevisto de salud, Isabel II iba a desplarzarse hasta el Cenotafio, donde tendrá lugar el llamado Domingo del Recuerdo, la conmemoración de la contribución de los militares y civiles británicos y de la Commonwealth -Mancomunidad de Naciones- en las dos guerras mundiales y conflictos posteriores. Pese a la ausencia de la Reina, se espera un gran número de asistentes al evento, en el que participarán veteranos y militares, y que será presenciado por ciudadanos sin límite de aforo. El primer ministro británico, Boris Johnson (57), figurará previsiblemente entre los asistentes al servicio del sector político del país así como miembros de la realeza. Con motivo del evento, Johnson ha asegurado que se trata de "un momento para estar juntos y recordar a aquellos que sacrificaron todo por el servicio a nuestro país".
"Es una ceremonia sagrada que se ha celebrado desde hace más de un siglo porque sabemos la deuda impagable que debemos a esos hombres y mujeres militares valientes", ha matizado Johnson. "Sabemos que aquí, en casa, y por todo el mundo, miles de hombres y mujeres uniformados continúan estando preparados para defender nuestra unidad y nuestro estilo de vida, nuestros valores, y a un coste que muy pocos estarían dispuesto a pagar", puntualiza el jefe del Ejecutivo.
En el servicio en Whitehall -donde se ubican las oficinas gubernamentales en Londres- no habrá límite en el número de asistentes este año, al contrario de lo que sucedió el pasado, cuando solo se permitió la entrada a un número limitado de veteranos y la ceremonia permaneció cerrada al público por la pandemia. Se espera que este domingo cientos de militares se alineen alrededor del Cenotafio y casi 10.000 veteranos marchen en tributo a los caídos en combate, ante la presencia de cientos de viandantes.
Su estancia en Norfolk
Isabel II continúa en reposo en Norfolk. Esta residencia es conocida por ser el retiro campestre de Isabel II y los demás miembros de su familia. Es el hogar donde por años -con la excepción del 2020, debido a las restricciones impuestas por la crisis del coronavirus- los Windsor celebran la Navidad. Allí, además de la tradicional cena de Nochebuena, realizan un intercambio de regalos y llevan a cabo algunas actividades recreativas. La Reina, además, suele extender su estancia navideña hasta febrero, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su padre, Jorge VI, quien precisamente falleció en esta residencia.
Por otro lado, esta residencia ha servido de escenario para la celebración de eventos especiales. En julio de 2015, los duques de Cambridge celebraron el bautizo de su segunda hija, la princesa Charlotte (6), en la Iglesia St. Mary Magdalene de Sandringham. Tanto la pequeña como sus padres estuvieron rodeados de sus seres queridos, quienes no quisieron perderse este íntimo encuentro.
Sandringham, además, fue un lugar muy especial para el duque de Edimburgo por otras cuestiones que van más allá de los momentos familiares. Y es que fue él quien se hizo cargo de la administración de la propiedad después de que la Reina la heredara. En un reciente documental sobre su vida, el príncipe Guillermo (39) comentó: "Sandringham siempre fue una parte muy, muy importante de su vida. Administró la finca desde 1952 y creo que para él, estar allí fue un escape. Le gustaba el hecho de haber tenido un impacto. Plantó más de 40 kilómetros de setos, 45 bosques, más de dos millones de árboles...".
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