La princesa Mako de Japón (29 años) sufre un síndrome de estrés postraumático debido al intenso escrutinio mediático y a las críticas de las que han sido objeto ella y su prometido, Kei Komuro (25), quienes se casarán por lo civil a finales de mes, según ha anunciado la Agencia Imperial.
Mako, sobrina del emperador Naruhito (61), fue diagnosticada con un cuadro "complicado" de esa afección de la salud mental debido a la constante exposición a informaciones negativas "sobre ella misma, su familia, su prometido y la familia de él", según ha desvelado un portavoz de la Familia Imperial nipona en rueda de prensa.
La princesa "tiene miedo de que sea imposible cumplir su deseo de tener una vida tranquila y feliz después de casarse", ha añadido el portavoz, quien también confirma que la pareja tiene previsto contraer matrimonio el próximo día 26 y que ese día ofrecerán una rueda de prensa. Esta fecha se ha fijado cuatro años después de que ambos anunciaran de forma pública su compromiso, y de que el enlace se viera retrasado en varias ocasiones desde entonces debido al enorme revuelo público generado.
El matrimonio de la princesa con un hombre no perteneciente a la Familia Imperial nipona conlleva su desvinculación de esta institución, según la Ley de la Casa Imperial, que también concede de forma exclusiva a los varones los derechos sucesorios al Trono de Crisantemo.
El anuncio del compromiso de Mako y Komuro atrajo una gran atención en Japón debido a que supondría una nueva baja de la Familia Imperial nipona, en continuo declive debido a la escasez de varones y a la mencionada normativa, y también debido a una supuesta disputa financiera que afectaba a la familia del prometido.
A raíz de la controversia en torno a su enlace, Mako ha decidido renunciar a la dotación de 150 millones de yenes (1,16 millones de euros) que suele concederse a las mujeres de la Familia Imperial que contraen matrimonio y abandonan la institución, según adelantaron fuentes gubernamentales. La pareja ha decidido además casarse sin celebrar ninguna ceremonia de carácter formal como manda la tradición de la Casa Imperial, según los medios locales.
Mako se convertirá de este modo en la primera princesa del Japón de posguerra que rompe ambas tradiciones. La pareja tendría previsto mudarse a Estados Unidos tras contraer matrimonio, un país donde Komuro cuenta con oportunidades laborales, según la prensa japonesa, que viene siguiendo todos los detalles en torno al enlace más mediático de los últimos años en la Familia Imperial.
La princesa y Kei Komuro se conocieron en la universidad donde ambos estudiaron al oeste de Tokio. En 2012 se produjo el primer acercamiento después de que los dos participaran en una sesión de orientación para estudiar en el extranjero, tal y como contó la propia Mako. En ese momento la pareja vivió un flechazo y es que comenzaron a salir antes de irse al extranjero, y ya en diciembre de 2013 el joven ya le pidió en matrimonio, a lo que la princesa contestó un rotundo sí.
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