Y llegó el día. Letizia (48 años) ejerciendo de Reina. Felipe VI (52) se ha quedado en Zarzuela cumpliendo con la cuarentena que establece por haber estado cerca de un positivo el pasado domingo. El caso es que la esposa del Rey ha presidido sola en Sevilla un acto que estaba programado para los dos.
La experiodista ha acudido en solitario la inauguración de la Tourism Innovation Summit, en la capital andaluza. Allí, lo primero que se ha hecho ha sido guardar un minuto de silencio dedicado a las víctimas de violencia de género, pues cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional contra esta lacra.
Para su estreno como Reina titular Letizia ha sacado de su armario un diseño que todos recordamos. Se trata de un vestido de la firma sevillana Cherubina confeccionado en un tejido de twill, con mangas abullonadas con copa farol y puños abotonados y cuello tipo Perkins rematado en su lado izquierdo por pequeños botones forrados. Es una pieza llamada Didi, de largo midi ycon silueta cortada en cintura que ella remarca más gracias a un cinturón negro.
Y todos nos acordamos de este vestido porque lo estrenó en uno de los momentos más recordados de todo el 2019, cuando acudió a Londres a acompañar a su marido, Felipe VI al que iban a nombrar caballero de la Orden de la Jarretera. Ese día, delante de todas las mujeres de la Familia Real Británica, Letizia dejó el pabellón muy alto, incluso delante de la mismísima Kate Middleton (38) o la reina Isabel II (94).
Los que no eran los mismos eran los complementos. De entonces solo se han 'salvado' los salones negros de Blahnik y el anillo de Karen Hallam del que no se separa nunca. El resto del look lo han formado un abrigo negro de Carolina Herrera que ha llevado sobre los hombros y un bolso blanco de la firma española Furla, el modelo Metropolis, de 150 euros.
Como joyas ha optado por los pendientes de diamantes redondos que dejaba a la vista gracias a la coleta, peinado que se ha convertido en su favorito desde que se instaurara la pandemia en España y se requiera siempre de la mascarilla.
En vista de su elección estilística, parece claro que la Reina ha querido echar toda la carne al asador en su día de debut como máxima representante de la Jefatura del Estado.
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