Letizia, Alteza, Su Majestad, la vida no es tan estupenda cuando uno cruza la barrera de los 48 años. No lo dice una voz vulgar, como pudiera ser la de un simple periodista que firma un artículo: esta máxima la sostiene alguien de reputado prestigio internacional.
David Blanchflower, académico británico-americano, economista laboral y profesor en la elitista Dartmouth College de Hanover en New Hampshire ha publicado un estudio que afirma que las personas empiezan a sentirse más "miserables" cuando cumplen esta cifra.
La encuesta de Blanchflower, publicada hace unos días en The Times, analiza datos de 500.000 personas en más de 145 países en el mundo y prueba que no hay distinción entre países desarrollados o en vías de desarrollo o estados donde la esperanza de vida es más alta o más baja. El investigador, también bautizado como el gurú de la felicidad, dice que los niveles de felicidad a lo largo de la vida toman forma de U y que justo a los 48, la gente, independientemente de su procedencia o su posición -incluso si se trata de una reina- se topa de bruces con la realidad de su infelicidad.
Este martes 15 de septiembre, Letizia cumple 48 años y lo hace, casualidad o no, envuelta en un ambiente tenso, difícil y tremendamente delicado. La esposa de Felipe VI (52) soplará 48 amargas velas, atormentada por sus preocupaciones personales, familiares y, por supuesto, institucionales. Estas son las cinco grandes preocupaciones de la reina Letizia.
1. La salud de su primogénita, Leonor
Hace exactamente seis días, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón (14), volvía a retomar sus clases presenciales en el Colegio Santa María de los Rosales tras seis meses en el palacio de la Zarzuela. Tan solo 48 horas después, el viernes, se informaba de que la clase de la heredera al trono quedaba confinada tras el positivo de una compañera suya, a la que su padre había contagiado de coronavirus.
Según informó la Casa Real, Leonor se encuentra haciendo cuarentena en el Pabellón del Príncipe, su hogar familiar, y se le ha practicado una prueba PCR. En los próximos días se conocerá si la primogénita de Letizia tiene la covid-19, algo que como es natural, tiene altamente preocupada a la Reina.
2. La salud de su abuela Menchu
Menchu Álvarez del Valle, su "abuelina", como la llama Letizia, forma parte del denominado grupo de alto riesgo del coronavirus. La célebre periodista radiofónica cumplirá 93 años el próximo mes de enero y vive sola en Sardeu, Asturias, a más de 500 kilómetros de distancia de su hijo Jesús Ortiz (71) y sus nietas, Letizia y Telma (46).
El hecho de que este año los Reyes no hayan gozado de las denominadas "vacaciones privadas", ha despertado la sospecha de que en algún momento de agosto, la Familia Real ha viajado en secreto hasta el principado -como suele hacer cada verano- para reencontrarse con Menchu tras el confinamiento.
3. La imagen pública de las infantas
No es ningún secreto si se afirma que la imagen pública de sus hijas, Leonor y Sofía, preocupa a la reina Letizia desde que ambas infantas nacieron. Hasta la fecha, todo acto público, toda fotografía, toda aparición ha sido medida al milímetro por la siempre controladora lupa de la monarca.
Hubo una excepción, un punto débil que a la soberana aún hoy le pesa. En su intento por evitar el retrato de su suegra, la reina Sofía (81), con sus nietas a las puertas de la Catedral de Palma, Letizia puso en una difícil tesitura a Leonor, que se zafó del brazo de su abuela en un gesto reprobable para muchos. Este polémico ademán suscitó cierto debate en torno a las formas de la heredera con su abuela, pasado y futuro de la monarquía española.
4. La Corona, más tocada que nunca
Los escándalos protagonizados por la infanta Cristina (55) y su marido, Iñaki Urdangarin (52) -ella se sentó en el banquillo de los acusados y él aún hoy cumple condena de prisión en una cárcel de Ávila- no fueron más que el inicio del deterioro de la Corona. A aquellos delitos económicos que cometió el cuñado del Rey hay que sumar ahora los turbios negocios que han manchado, también, la imagen pública del emérito Juan Carlos (82) tras conocerse que, presuntamente, cobraba comisiones que terminaban en cuentas opacas en Suiza.
Estos últimos acontecimientos han provocado la salida de España del que fuera jefe del Estado durante 39 años. El suegro de Letizia voló hasta Abu Dhabi el pasado 3 de agosto y, pese a su delicada salud de hierro, no se han vuelto a tener noticias de él. El trabajo de Felipe y Letizia con "transparencia, austeridad y meritocracia" -las tres bases en las que el Rey dijo se asentaría el nuevo reinado- se plantea ahora más difícil que nunca en su intento por restaurar y rehabilitar la imagen de la institución de la que ahora son máximos representantes.
5. La pandemia en España
La pandemia de coronavirus es otra de las grandes preocupaciones de la reina Letizia. Si en un plano específico su hija adolescente se encuentra en cuarentena por, probablemente, haber contraído la enfermedad, en un plano mucho más general, su labor como Reina juega un papel clave en el presente y futuro de los españoles. Desde que se decretara el estado de alarma el pasado 14 de marzo, Letizia, a través de videoconferencias, ha mantenido reuniones diarias con diversos representantes de organizaciones y actividades involucradas o afectadas por la crisis sanitaria del coronavirus.
El ojo de la Reina siempre se posiciona con el sector más vulnerable y en este sentido ha dialogado, por ejemplo, con representantes del pueblo gitano, como Isidro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano o con Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), para interesarse por las acciones de atención a este colectivo de especial vulnerabilidad ante la Covid-19.
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