Desde que la semana pasada EL ESPAÑOL desvelara la nueva demanda de paternidad que se cierne sobre el rey Juan Carlos (80 años), los eméritos no habían coincidido en público. En concreto, hacía un mes que no compartían agenda. Sin embargo, ese ansiado momento ha tenido lugar este martes, cuando el monarca y la reina Sofía (80) han presidido juntos una exhibición con motivo del 40º aniversario de la Constitución Española. Juan Carlos con un traje de dos piezas en color azul -y siempre apoyado en su bastón-, y Sofía con un vestido a juego acompañado de una americana negra con remates azules y un lustroso broche.
Si bien es cierto que en sus rostros nada hacía presagiar que la aparición de una supuesta nueva hija del emérito haya hecho mella en la estabilidad de Zarzuela, sus gestos sí han hablado, poniendo de manifiesto una cierta lejanía entre ellos. En esta ocasión, han acudido a la inauguración de la exposición Democracia 1978-2018, organizada por la Obra Social La Caixa en colaboración con las Cortes Generales. La exposición pretende responder a algunas de las grandes preguntas relacionadas con la historia de España desde que en 1978 entrase en vigor la Carta Magna, desde una perspectiva abierta y dinámica, que invita a la participación y a la reflexión.
Allí, los padres del rey Felipe (50) han atendido a las explicaciones de los responsables de la exposición. En ningún momento se ha percibido un mínimo acercamiento, ni físico ni visual, entre los reyes eméritos. Cada uno atendía a explicaciones por separado.
Este acto se completará con el que lleven a cabo el próximo jueves 6 de diciembre. Este día, Felipe y Letizia (46) acudirán al Congreso de los Diputados junto a sus hijas y a los Reyes eméritos para presidir el acto conmemorativo del 40º aniversario de la Constitución. Tal como ya demostrara el pasado lunes cuando reapareció por primera vez tras el escándalo junto a su hijo Felipe, Juan Carlos ha demostrado una cierta dificultad a la hora de andar, con la diferencia de que este martes no tuvieron que habilitarle una rampa, como ocurriera el pasado lunes.
La reaparación de Juan Carlos en la audiencia de este pasado lunes en el Pardo forma parte del acercamiento a la Familia Real después de haber estado alejado estos últimos meses tras desvelarse las cintas de Corinna. Unos audios en los que la alemana aseguraba que el emérito la utilizaba como testaferro. La primera vez que apareció en compañía de otros miembros de la Familia Real fue con motivo del cumpleaños de la reina Sofía.
Aránzazu, ¿otra hija del rey?
La mujer que ha presentado la reclamación de paternidad es María A. L. A (54), una comercial catalana que está dispuesta a llegar hasta el final para demostrar que es hija del emérito. Debido a su situación económica, ha tenido que recurrir a la justicia gratuita y lleva varios meses en contacto con abogados y procuradores. Aránzazu Cardeñoso, la abogada de Madrid que defiende a María, asegura: "A mí me asignaron el caso, pero yo no estoy autorizada a llegar hasta el Tribunal Supremo, que es donde han de dilucidarse este tipo de cuestiones relacionadas con este tipo de demandas de paternidad. Y no en los juzgados de Primera instancia de Madrid, que era hacia donde se encaminaba todo y donde yo sí podía llevar a cabo la defensa".
"Voy a luchar por lo que es mío. En su día tuve el anhelo de conocerlo. Pero ahora ya no. Ahora solo quiero lo que me corresponde", declara a este medio María, una mujer que tiene dos hijos y una enfermedad que le impide trabajar en la actualidad. "Cobro 460 euros al mes, tengo la invalidez del 68% y no puedo pagar otro piso. Si a los Borbones los está manteniendo España, ¿por qué ellos no mantienen a sus hijos? O que lo haga el Estado o que lo haga mi padre", afirma con rotundidad. Para demostrarlo, María tiene en su poder "fotografías, cuadros, varios regalos que me hizo, además de lo que me contaba mi madre y todos los recuerdos que me han ido aflorando en los últimos años".
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