La reina Letizia (45 años) está en el punto de mira. Tras el desplante que protagonizó ante la reina Sofía (79) a la salida de la misa de Pascua en Palma de Mallorca cada movimiento de la monarca es observado al milímetro. Por eso este jueves todos los ojos estaban puestos sobre ella a la entrada a la Sede de la Organización Médica Colegial Española en la madrileña plaza de las Cortes. Sus gestos y su vestuario hablan por sí solos del momento que está viviendo.
Poco después de las 11 de la mañana Letizia hacía su aparición en el lugar. Salía del coche oficial con rostro serio, erguida y al llegar a la altura de los fotógrafos mostraba una sonrisa algo forzada para mantener la compostura, pues es consciente del protagonismo que toma estos días. Sin embargo, hizo oídos sordos a todas las preguntas de los periodistas congregados y únicamente se dirigió a ellos con un saludo a distancia.
Vestida con pantalón negro y chaqueta tweed de Hugo Boss reutilizada, la reina caminaba con paso firme y rápido hacia la puerta de la sede donde ha tenido lugar su cita solidaria. La monarca ha escogido el negro riguroso para su look, con pantalones de corte recto y top ceñido. Sin embargo, ha querido dar el toque de color con la prenda superior de tono rosado que en realidad forma parte de un conjunto de dos piezas, aunque para esta ocasión se ha deshecho de la falda que lo acompañaba y ha preferido sentir la comodidad de unos pantalones fluidos que ha combinado con unos altos stilettos de tacón de aguja también en negro.
Todo el tiempo ha permanecido al lado de Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con la que ha intercambiado algunas palabras al mismo tiempo que ponía un pie dentro de la sede. Una vez sentada en primera fila, la reina mantenía un gesto serio con la mirada fija y concentrada.
Cuando las cámaras se han colocado frente a ella, mostraba una leve sonrisa y queriendo irradiar tranquilidad, pero cuando los fotógrafos desaparecían retomaba su semblante más reflexivo.
A la salida se produce un hecho muy comentado entre los periodistas y los curiosos -que se iban sumando según pasaban los minutos y conocían que la reina estaba a escasos metros-. El coche que recogía a Letizia se colocaba en la misma puerta del Colegio de Médicos, para que la reina apenas tuviera que dar cuatro pasos hasta el vehículo.
Con este gesto, la esposa del rey ha querido evitar el paseíllo y los flashes de la prensa que estaban preparados para volver a preguntarle por el tema de la semana. Sin embargo, ha resultado imposible porque ni siquiera ha girado su mirada hacia los periodistas.
Se evade de la polémica sumergida en las causas sociales
Este jueves Letizia retomaba su agenda real con una de las citas que más le atraen. Las causas solidarias y de lucha por los sectores más vulnerables de la sociedad son una máxima en su rutina y esta vez ha estado presente en la II Jornada sobre el tratamiento informativo de la Discapacidad en Redes Sociales. La monarca se ha reunido en la sede de la Organización Médica Colegial Española para pedir una gestión respetuosa por parte de los medios de comunicación en temas tan delicados debido a que un mal uso de ello puede crear situaciones de exclusión social o violencia.
Una temática, la de las redes sociales, que le llega en un momento en el que ella misma está viviendo en sus propias carnes el auténtico poder de las plataformas digitales. Twitter es el medio más común por el que la ciudadanía del siglo XXI muestra sus opiniones y críticas y la reina no se ha librado de ellas tras lo ocurrido el domingo de Resurrección en la puerta de la catedral de Palma de Mallorca.
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