"No tenía ni idea de quién era la mujer. Mi vídeo parece haber sacado a la luz su relación". Quien habla es una avergonzada Marian Tighe, aún "en shock" tras la repercusión que sus imágenes han tenido en todo el mundo. 

Por culpa de esta granjera irlandesa o, mejor dicho, gracias a ella, la opinión pública pudo ver, por primera vez, al rey Juan Carlos (79 años) y a Marta Gayá juntos, 25 años después de que su nombre saliera a la luz como una de las amigas entrañables del extinto jefe del Estado.

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Harta de que algunos se atrevan a hablar de ella como la mujer que ha conseguido hacer tambalear el técnico matrimonio de los monarcas eméritos, Tighe ha roto su silencio en el Irish Independent, donde se ha desahogado y ha explicado cómo se fraguó el controvertido vídeo grabado el 22 de julio, durante la reapertura de la iglesia de San Bautista de la localidad.

"El señor Krause cursó una invitación abierta a todos los vecinos de Clonmellon. Fui con mi marido a ver el edificio. Fue una recepción muy bonita, en la que el señor Krause nos dijo que había un invitado muy especial entre nosotros. Obviamente no teníamos ni idea de quién era. Casi al final del evento, para sorpresa y deleite de todos, nos presentó al rey de España. Lo aplaudimos. Fue un caballero y estaba feliz de posar para los fotógrafos".

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Fue entonces cuando Tighe decidió inmortalizar el momento y sacó su teléfono móvil, sin saber que junto al monarca emérito compartía espacio con Marta Gayá. "Subí el vídeo a YouTube. Recibí unos cientos de clicks y y estaba encantada. Volví a editar el vídeo y cambié su nombre diciendo que el rey Juan Carlos estaba en él. Lo siguiente, las visitas subieron a 99.000".

El hecho de que ahora Tighe se arrepienta de haber retratado al monarca no ha impedido que quiera hacer caja con la historia. La irlandesa se ha puesto en contacto con varios medios de comunicación con el objetivo de cobrar por la difusión de su grabación, que está disponible en Youtube.

Noche en un castillo con fantasmas

De lo que no dejó testimonio gráfico la autora de la grabación fue de lo que ocurrió después de la inauguración en el centro religioso reconvertido en museo. El rey Juan Carlos y Marta Gayá se alojaron en el castillo de Killua, en el Condado de Westmeath, propiedad del anfitrión de la remodelación. En dicha fortaleza, rehabilitada hace cuatro años por encontrarse en ruinas, vaga según la leyenda un fantasma que ha tenido amedrentados a sus habitantes durante años. Al monarca emérito, sin embargo, no pareció importarle este hecho y decidió hospedarse en este encantado lugar durante su estancia en Irlanda.

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