El famoso dicho de "vivir como un rey" puede hacerse realidad, aunque sólo para unos pocos privilegiados. Concretamente, los que puedan permitirse el lujo de pagar 1.125 millones de dólares, que es lo que cuesta la casa más cara del mundo, en la que vivió el rey Leopoldo II de Bélgica.
La explicación a tal cifra responde a dos razones: por un lado, la lujosa mansión comprende uno de los jardines más espectaculares del mundo: 14 hectáreas de césped salpicadas por 15.000 tipos de vegetación diferentes y 20 invernaderos de exóticas plantas. El segundo motivo es mucho más real: perteneció al rey Leopoldo II de Bélgica, antepasado del actual monarca Felipe (56 años). Entre ellos, reinaron Alberto I (sobrino de Leopoldo); Leopoldo III (hijo de Alberto), Balduino (vástago de Leopoldo III) y Alberto II (82), hermano del anterior y padre del actual rey Felipe.
En la actualidad, la villa pertenecía a la familia propietaria de los licores Grand Marnier (adquirida por Campari), una de las dinastías más ricas de toda Francia. Debido a los elevados costes que suponía mantener la propiedad se decidió su puesta en venta, tal y como ha informado Nice matin.
Unas vistas privilegiadas
Debido a su ubicación en la Costa Azul, entre Niza y Mónaco, cada una de las ventanas de la vivienda, denominada Les Cedres, posee unas espectaculares vistas sobre el Mar Mediterráneo.
Su estratégica situación convierte a la zona en un lugar muy goloso para celebrities y millonarios. De hecho, entre los ilustres vecinos que cuentan con propiedades en la zona se encuentran Angelina Jolie (41) y Brad Pitt (52) o el magnate de Microsoft Paul Allen (63).