Mila Ximénez, tertuliana de programas de corazón, ya había alcanzado la popularidad hace cuatro décadas cuando era conocida como Mila Santana. Todo empezó a raíz de su relación con Manolo Santana (83 años), la gran estrella del tenis español en la década de los 60. Cuando se conocieron –ella, veintitantos; él, ya cuarentón-, había dejado sus estudios de Periodismo en la facultad de Sevilla y colaboraba con revistas especializadas de tenis.
Del gran acontecimiento que supuso su boda da idea el hecho de que el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez fuera su padrino. Se casaron por lo civil en 1983 y tuvieron una hija al año siguiente. Pese a que ya tenían planes para casarse por la Iglesia –cuando Santana consiguiera la anulación de su primer matrimonio- , se divorciaron en 1986. El matrimonio apenas duró tres años.
Durante la década de los 80, Mila se convirtió en uno de los personajes más populares de lo que entonces se conocía como jet-set. Por ser primero la mujer y luego la ex mujer de Santana, pero también por sus posteriores relaciones sentimentales con actores tan conocidos como José Sacristán (83) o Pepe Sancho o con el popular animador de las fiestas marbellíes Antonio Arribas. Nunca tuvo mucha fortuna en sus relaciones. Su gran amor, en sus propias palabras, fue Rafael Aguilera, un destacado empresario marroquí al que estuvo unida sentimentalmente durante más de diez años.
En aquellos años posteriores a su separación de Manuel Santana, se convirtió en una de las figuras más fotografiadas en las fiestas veraniegas de Marbella, capital del corazón en la época. Locales como el Marbella Club o Marisa la vieron bailar hasta el amanecer, habitualmente acompañada por sus entonces íntimas amigas Lolita Flores (63) y Gloria Andión. El aristócrata Jaime de Mora, hermano de la reina Fabiola de Bélgica y alma de los saraos marbellís, la incluía siempre entre sus invitados junto con personajes tan notables del papel cuché como Gunilla von Bismarck y su marido Luis Ortiz.
Su popularidad le sirvió para recuperar su incipiente carrera periodística. Luis María Anson, que entonces dirigía lo que él llama el ABC verdadero, la fichó como entrevistadora. El director tenía especial buen ojo para las periodistas, que normalmente aparecían junto a sus entrevistados con llamativas minifaldas. La reportera se ocupó durante un año de la sección llamada Café con Mila, donde se recogían encuentros con famosos de prestigio. Entre su larga lista de entrevistados figuran personajes tan relevantes como Leonard Cohen, Plácido Domingo (80) o Andrés Segovia.
Su popularidad le sirvió para recuperar su incipiente carrera periodística. Luis María Anson, que entonces dirigía lo que él llama el ABC verdadero, la fichó como entrevistadora.
En esa misma década de los ochenta se unió al equipo de Jaime Peñafiel (89) que fundó el magazine La Revista, la primera publicación que se atrevía a enfrentarse a la todopoderosa ¡HOLA!. Y también hizo sus pinitos radiofónicos en el popular programa Directamente Encarna, de la cadena COPE, donde comentaba la actualidad de la vida social con la estrella del momento, Encarna Sánchez.
En los noventa, Mila se retiró de la vida pública. Agobiada por problemas económicos y sentimentales tuvo que renunciar incluso a la custodia de su hija. Poco se sabe de su vida en ese tiempo de silencio. Pero con el nuevo siglo, recuperaría su protagonismo público. Se incorporó al equipo de tertulianos de los diversos programas del corazón y late shows de Telecinco, cadena a la que permanecería ligada hasta su muerte. Nacía lo que muchos han dado en llamar el animal televisivo.
Mila exhibía a los cuatro vientos su fuerte y bronco carácter. Tenía una especial capacidad para mantener en vilo a los espectadores con sus comentarios desafiantes y sus aparatosas actuaciones, lo que la cadena, y ella, supieron explotar a fondo.
Pasó por Crónicas Marciana, TNT, A tu lado, La Noria, Abre los ojos y mira, Gran Hermano Vip… Hasta llegar a los programas producidos por La fábrica de la tele Sálvame y Sábado Deluxe, donde junto a Jorge Javier Vázquez (50) consiguió gran popularidad, Sus acaloradas discusiones con otros compañeros de tertulia, sus imitaciones de personajes conocidos o sus abiertas revelaciones de su vida privada, y la de los demás, le hicieron ganar el favor del público.
La agresividad, que tanto éxito de audiencia le dio en la televisión, le valió varias demandas judiciales. Unas palabras sobre la vida privada de Isabel Pantoja (64) la llevaron a los tribunales. Llegó a ser condenada en firme por intromisión ilegítima lesiva para el honor de Carmen Lomana (72). También tuvo que hacer frente a denuncias del torero Jaime Ostos (90), el periodista deportivo Pipi Estrada (67), la también tertuliana del corazón Karmele Marchante (74) e incluso compañeros de su propio programa como Kiko Matamoros (64) y su ex mujer Makoke (51).
Mila tenía una especial capacidad para mantener en vilo a los espectadores con sus comentarios desafiantes y sus aparatosas actuaciones, lo que la cadena, y ella, supieron explotar a fondo.
A pesar de estas pequeñas contrariedades, a Mila parecía sonreírle la vida. Su economía estaba más que saneada. Profesionalmente, había conseguido ser una estrella de la televisión. Gozaba de una ansiada estabilidad familiar, con su hija y sus hermanos, siempre a su lado, Desde 2016, publicaba en la revista Lecturas el muy seguido blog En el punto de Mila, en el que daba rienda suelta a sus confidencias sobre sus relaciones familiares y contaba detalles íntimos de sus compañeros de profesión.
En enero de 2020, probablemente en el culmen de su popularidad, su amiga la diseñadora Ághata Ruiz de la Prada (60) la subió a la pasarela para que presentara su colección durante la semana de la moda de Madrid. Lució un vestido colorido con unas enormes letras que conformaban su nombre, imagen que circuló por todas las revistas del corazón.
Y de repente apareció el cáncer. O, mejor dicho, reapareció, porque en 2015 ya le habían detectado un tumor de útero, aunque, tras una complicada operación, se demostró que era benigno. Pero esta vez no iba a tener solución. El 16 de junio de 2020, anunció en Sálvame que padecía un cáncer de pulmón. “Tenía muchísimos dolores –relató en una conexión telefónica-, me dolía muchísimo la espalda. Hablé con María Teresa Campos (80) para hacerme una resonancia. Pensé que tenía un pinzamiento en la espalda (…). El diagnóstico es que tengo un tumor, un cáncer de pulmón”.
Echando mano de su carácter implacable, por el que tanto se la había criticado y que tantos éxitos le había dado, hizo frente a la metástasis que acabaría con su vida. “Los 70 es una buena edad para decir adiós”, llegó a bromear. Apenas cumplió los 69.
Milagros Ximénez de Cisneros Rebollo nació en Sevilla el 21 de mayo de 1952 y murió en Madrid el 23 de junio de 2021, a los 69 años. Estuvo casada con el tenista Manuel Santana entre 1983 y 1986. Deja una hija, Alba Santana (37), y dos nietos, Alexander y Victoria.
[Más información: La última voluntad de Mila Ximénez: sabemos el inesperado lugar donde reposarán sus cenizas]