Este viernes 28 de octubre, Isabel Pantoja (60 años) verá extinguida la condena que le impuso la Audiencia de Málaga de dos años de prisión por blanqueo de capitales. Esto significa, que a partir de mañana la tonadillera será una mujer libre. El pasado mes de febrero la juez de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Andalucía, con sede en Sevilla le otorgó la libertad condicional. Pantoja abandonó la prisión de Alcalá de Guadaira el pasado 2 de marzo.
Las únicas obligaciones que ha tenido la tonadilerra en los últimos siete meses ha sido mantener su domicilio designado en el informe social, la finca Cantora en la provincia de Cádiz para poder ser localizada y notificada siempre que fuese necesario. Si bien podía desplazarse por todo el territorio nacional por razones profesionales. No ha sido necesario, ya que la cantante no ha ofrecido ningún concierto todavía y sólo se ha desplazado hasta Sevilla para acudir a la boda de su hijo Kiko (32), el pasado 7 de octubre. La cantante ha estado bajo el control de los servicios sociales penitenciarios (Centro de Inserción Social de Jerez de la Frontera, Cádiz). También solicitó un permiso para viajar a México y grabar un vídeo con el ya fallecido Juan Gabriel. Instituciones Penitenciarias se lo denegó.
A partir de este viernes ya podrá establecer su domicilio donde desee, viajar sin problemas dentro y fuera del territorio y no tener ningún tipo de control. Lo único que le quedará pendiente a Isabel es la cancelación de los antecedentes penales. Según el artículo 136 del Código Penal, al haber cumplido una pena superior a los 12 meses, tendrá que esperar tres años para poder solicitar esta anulación. De no hacerlo y en caso de verse involucrada durante este tiempo en algún otro tipo de delito, ingresaría directamente en prisión.
Termina así un calvario que comenzó el viernes 21 de noviembre cuando la artista ingresó en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira. Desde ese mismo instante se convirtió en la presa más popular de este país y su condena ha sido retransmitida minuto a minuto en los medios de comunicación. Desde el presunto trato de favor hasta verse obligados a colocar una malla en la entrada de la prisión sevillana para evitar que se pudieran tomar imágenes de sus idas y venidas. Pantoja nos ha mostrado su cara más triste y la más altiva a lo largo de este proceso pero no se ha arrepentido nunca en público.
Su primera imagen oficial fue como madrina de la boda de su hijo. Allí cantó en privado y a partir de este fin de semana lo podrá hacer en público. Tiene bajo el brazo un contrato con la discográfica Sony para el lanzamiento de su próximo disco que grabó con Juan Gabriel y una gira de conciertos prevista por las que podría recibir 80.000 euros de caché por concierto. Aún debe 1.800.000 euros a Hacienda, que ahora empezará a saldar si consigue vender alguna de sus propiedades embargadas o a golpe de cola por los escenarios.
El juez que la condenó quería que su sentencia fuera "ejemplar". Quizás ahora que termina este show de pena es momento de reflexionar ¿ha sido así?