Sábado 17 de septiembre. Desfile de la colección primavera-verano 2017 de Juanjo Oliva en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Begoña Gómez (41), flamante esposa del Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, acapara todos los flashes del front row. No podía imaginar entonces que once días después pasaría al backstage de manera fulminante. La dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva socialista pone a su marido en la diana y facilita, según los estatutos del partido, su destitución. Es cuestión de horas que abandone Ferraz, aunque se resiste a asumir la derrota.
“Nos vemos en Mon-cloa”, fue la frase que repitió una y otra vez durante todos los debates televisivos a los que le acompañó durante la campaña electoral del 20-D, según miembros de la Academia de Televisión y profesionales de los platós de las cadenas más importantes que así lo escucharon, tal y como recogió La Razón. En el programa de Ana Rosa (Telecinco) se despidió de la presentadora, animándola a que la próxima vez se vieran en Moncloa: "Yo estoy preparada. Va a ser lo que va a ocurrir", pronosticaba la 'primera dama' socialista.
En la historia del PSOE no se recuerda una mujer de ningún Secretario General que tuviera tanta presencia y protagonismo dentro y fuera de la sede de Ferraz. Fuentes cercanas a la formación aseguran que no fue decisión de ella sino de los asesores de Sánchez que vieron en ella un valor añadido a la campaña, copiando el estilo americano. El domingo 21 de junio de 2015, en el teatro Circo Price de Madrid, tuvo lugar su presentación oficial.
Ante 2.000 personas y con un vestido rojo socialista, Begoña subió al escenario para celebrar la proclamación de su marido como candidato a la Moncloa. En cuestión de horas Begoña pasó de ser una completa anónima a convertirse en la 'Michelle Obama' española, salvando las distancias. Eso sí, no ha concedido ninguna entrevista excepto dos cameos en dos reportajes con trasfondo personal dedicados a su marido.
La mujer de la melena rubia y percha impecable y mucho carácter tiene mucho en común con la actriz Robin Wright en su papel de Claire Underwood en la serie House of cards. Ambas tienen claro que, para que sus respectivos maridos lleguen a gobernar, están dispuestas hacer lo que sea necesario. Begoña, tras 16 años trabajando en Task Force -empresa especializada en conseguir donativos de las Organizaciones no lucatrivas para financiar proyectos sociales-, decidió tras la elecciones del 20D esconder su perfil en la web de la empresa.
Pasó de venderse como flamante socia y directora a directora de consultoría en outsourcing comercial y sin curriculum adjunto. La compañía fue absorbida en 2014 por Inmark Europa y muchas voces críticas internas han denunciado en público que la empresa hace contratos 'basura' de 400 euros al mes por una jornada de ocho horas diarias. Fuentes cercanas a la pareja explican que Begoña ha reducido su jornada laboral y su responsabilidad en la empresa para estar más liberada y poder acompañar a su marido durante las dos pasadas citas electorales. La bilbaína no esta afiliada al partido, a pesar de su entrega.
También ha hecho campaña en favor de las políticas sociales del PSOE, y lo ha hecho a través de un artículo de opinión en la revista S Moda del Grupo Prisa, afín a la doctrina socialista. Allí Begoña ha reclamado que todos tengan acceso a la educación. Tras gastarse 600 euros en el material escolar de sus dos hijas reflexiona: "De vuelta a casa pienso lo mismo que tantos padres y madres: el derecho a la educación está amparado por la Constitución; sin embargo, semejantes facturas demuestran que la educación no está garantizada como debiera”. O reclamando la tan utópica conciliación laboral y familiar: "Madres y padres no podemos conciliar si nuestros hijos salen del colegio a las cuatro y nosotros lo hacemos del trabajo a las siete, por no decir a las nueve. Debemos apostar por horarios de trabajo intensivos y no extensivos, que convivan con los horarios escolares".
Su estilo a la hora de vestir también ha hecho correr ríos de tinta y ha cultivado un estilo excesivo para captar la atención y eclipsar en muchos actos a su marido. Por ejemplo, en el debate electoral a cuatro celebrado el 13 de junio de 2016 en el Palacio de Congresos de Madrid fue la única pareja de los candidatos participantes que acudió a la cita. Eligió para la ocasión un vestido negro y floreado de Ted Baker que se convirtió en el protagonista de la cita. O sus diseños elegantes pero atrevidos con los que no ha pasado desapercibida en las dos ediciones de los Goya a las que ha asistido. O en los mítines dónde ha optado por jeans de varias tonalidades que resaltan su esculpida figura a base de pilates y blusas ceñidas.
Pedro Sánchez conoció a Begoña hace más de diez años en una fiesta. Les presentó unos amigos en común, tal y como la propia protagonista le confesó en exclusiva a Jesús Calleja para su programa de Cuatro. Fue un flechazo en toda regla. Al poco de conocerse se fueron a vivir al piso de ella en el madrileño barrio de La Latina. Les casó en 2006,Trinidad Jiménez, en el Ayuntamiento de la capital. Tienen dos hijas, Ainhoa, de once años y Carlota, de ocho. Ambas estudian en un colegio público de Pozuelo de Alarcón donde residen en la actualidad.
Este tándem político que representa a la pareja media española que creía en el cambio, ha fracasado. Su futuro profesional es una incógnita. Sánchez había hecho su carrera en las filas socialistas, dónde empezó como asesor en la oficina económica y Gómez lleva casi dos años dedicada casi en exclusiva a la truncada carrera presidencial de su marido.