Puede que noten algún cambio a partir de ahora. Los discursos de Donald Trump (70) ya no serán tan groseros, sus arengas estarán más pensadas y puede que hasta desaparezcan los discursos. Puede, avisamos, que a Trump no lo domina nadie. Bueno, casi nadie. Su hija Ivanka (34) y su marido, Jared Kushner (37), tienen un poder ascendente sobre el candidato. Tanto es así que han logrado que despida a su hasta la fecha todopoderoso jefe de campaña. Corey Lewandowsky ya no dirigirá la carrera de Trump hacia la Casa Blanca porque la hija del candidato así lo ha querido.
Son cosas de familia. La carrera a la Casa Blanca no es cuestión de dos, sino de multitudes. Donald Trump no da un paso sin la aprobación de sus hijos y Hillary Clinton(68) cuenta con su hija para todo. EEUU es un país en el que los valores de la familia son indispensables para triunfar, ya sea en política ya sea en la sociedad. Y los candidatos a las elecciones de noviembre son un buen reflejo de su país.
Hace décadas que Donald Trump es conocido, y no sólo por sus desmanes políticos y empresariales. Casado y divorciado en varias ocasiones, la vida privada del candidato republicano a la presidencia de EEUU ha llenado páginas y paginas del colorín. ¿Se acuerdan de Ivana Trump (67)? Fue su primera mujer, una modelo checoslovaca despampanante a la que Trump dejó cuando empezó a hacerse mayor. En los 80, Ivana era un icono del 'nuevoriquismo', el lujo desmesurado y la ostentación. Casada con el magnate desde 1977 se hizo un hueco como socialité y no había fiesta que se le escapara.
Se separaron en 1992 –Donald le fue infiel con una modelo georgiana con la que se casó después-, un proceso millonario del que se supieron todos los detalles y que ambos airearon todo lo que pudieron. Juntos habían formado una familia: tuvieron a Donald jr., Ivanka y Eric. Tres retoños que se convirtieron en adultos y que dominan lo que sucede tras bambalinas de la campaña de su padre.
Han sido ellos, encabezados por la mediática Ivanka, quienes han obligado a su padre a deshacerse de su polémico jefe de campaña. Lo ha publicado la CNN: Ivanka, ayudada por sus hermanos, le dijo a su padre aquello de "o él o yo". Y Trump tuvo claro –al menos esta vez- que la familia siempre va primero.
La que podría ser 'primera hija' llevaba meses intentando despedir a Lewandowsky, según la misma cadena. Al parecer, lo que ha colmado el vaso es que el asesor intentó comprar noticias negativas de la vida del marido de Ivanka, Jared Kushner, un poderosos empresario, propietario, entre otras cosas, del New York Observer. Kushner ha sido bautizado como el rey en la sombra de la campaña de su suegro.
Así que seguramente Lewandowsky, que ha copado las informaciones de la campaña electoral desde su despido, el pasado lunes, no calibró bien el poder de los hijos de su candidato.
Kushner, el yerno de oro, es heredero de una multimillonaria familia de empresarios relacionados con los negocios inmobiliarios –sí, como su suegro-, el holding Kushner Properties. Su padre, Charles Kushner (62) tiene un oscuro pasado: fue condenado por una corte federal por contribuir en manera ilegal a campañas electorales y por fraude fiscal. Las cantidades económicas que mueve este empresario son impresionantes: 13.000 millones en inversiones inmobiliarias de 2007 a 2016.
Tiene un hermano, Joshua, un hipster que también trabaja en la empresa de la familia pero que por ahora prefiere pasar las noches de chica en chica que casarse. Algo de lo que dan cuenta las revistas y periódicos del colorín de EEUU. No hay fiesta que se pierda este soltero de oro. Y dos hermanas, Nicola y Dara.
Perteneciente a una familia de judíos ortodoxos 'modernos' de Nueva Jersey (su mujer tuvo que convertirse antes de poder casarse), estudió en Harvard después de que su padre donara 2,5 millones de dólares ala Universidad. Entre sus gestas empresariales se cuenta la compra del New York Observer en 2006 por 10 millones de dólares. Suya es la visión más digital del periódico, además de incentivarlo como tabloide. Y con su gestión ha logrado que este semanal dé beneficios por primera vez.
En 2005, octubre, se casó con la hija de Trump y su primera mujer y desde entonces han tenido a Arabella Rose (5), Joseph Frederick (2) y Theodore James (meses).
No son los hijos de Trump únicos vástagos cuyo peso sobre sus padres es influyente. Chelsea Clinton (36), sin ir más lejos, es una pieza clave en la campaña de su madre, Hillary. La única hija del matrimonio Clinton acaba de tener a su segundo hijo y la primera foto de ambos la colgó la campaña de Clinton en su Facebook. Nada como la familia para tocar los sensibles corazones del votante americano. Pero eso es ya otro artículo.