Para poder alquilar el yate Solandge hay que desembolsar un millón de dólares a la semana. Y allí lo tienen, amarrado en el Puerto de Barcelona. La ciudad se ha llenado de millonarios a raíz de la celebración del Gran Premio de España de Fórmula 1. Por eso no es extraño ver en el Port Vell algunos de los mejores yates del mundo puestos así, uno al lado del otro. Dan escalofríos.
Nico Rosberg (30), piloto de F1 de Mercedes, ha estado estos días en la ciudad, donde se ha dejado ver por el One Ocean Club, uno de los locales más de moda. El alemán, que tuvo un choque con Lewis Hamilton (31) y salió de la carrera con un ojo morado, ha alquilado un yate de 40 metros de eslora y se le vio cenando el lunes por la noche en el Cañete, uno de los mejores bares de tapas de la ciudad.
"El 80% de los yates de lujo que hay estos días atracados en nuestra marina han venido para la Fórmula 1, hicimos una campaña internacional y ha funcionado", comenta Regina Serrano, del One Ocean, "y ya que se quedan un mes, aprovechan para poner a punto sus barcos, empieza la temporada para irse a navegar". Serrano no quiere dar nombres de famosos, pero si uno bucea en la información, los consigue.
También está, por ejemplo, Bernard Arnault (67), uno de los magnates más poderosos del mundo de la moda y el lujo. Es presidente de LVHM, la mayor compañía de lujo del mundo, un conglomerado que engloba firmas como Louis Vuitton y Moët&Chandon. Arnault es también presidente de Christian Dior y de la empresa constructora de barcos Royal Van Lent, que adquirió en 2008 por 300 millones de euros.
Van Lent es la constructora de su súper yate, el Symphony, una embarcación de 101 metros de eslora con capacidad para 20 huéspedes. El megayate tiene ocho camarotes (uno master, uno vip y seis dobles) y cuenta con una tripulación fija de 27 personas. Hay, claro, ascensor, piscina de seis metros de largo, una pantalla gigante de 16 metros, un helipuerto...
Y no es el único de estas características atracado estos días en Barcelona. "La ciudad se ha convertido en una muy buena base porque tenemos muy buenas instalaciones, unas atarazanas para reparación y mantenimiento, y unos equipos muy cualificados en los que hay ingenieros navales, diseñadores de interiores...", dice Laura Domingo, de Puerto de Barcelona. "Eso hace que el impacto sobre la economía de la ciudad sea muy positivo porque no son sólo los propietarios quienes vienen, la tripulación pasa muchas veces largas temporadas en la ciudad".
¿De qué barcos hablamos? Pues además del Symphony, está el Solandge, el charter más caro del mundo, que se alquila por un millones de dólares a la semana. Este yate de 85 metros de eslora cuenta con 32 tripulantes, ocho cabinas, piscina, un ascensor con capacidad para nueve personas y espacio para 12 huéspedes. Junto al Solandge está el Ilona, embarcación de Frank Lowy (85), el cuarto hombre más rico de Australia. En este yate de 74 metros caben 18 huéspedes y 28 tripulantes.
También se puede ver el Lady Christina, propiedad del magnate escocés lord Irvine Laidlaw of Rothiemay; el Paraffin, donde Leonardo DiCaprio (41) recibió 2016 en aguas caribeñas por 410.000 dólares la semana. Podríamos seguir con la lista, porque este fin de semana, Barcelona se ha convertido en un centro de lujo. Y ahora que llega la temporada veraniega, parece ser que no hay millonario sin yate.